Ana María Sáez es maestra de escuela, está desempleada y no recibe ninguna prestación. Actualmente ha cambiado la bata de profesora por el delantal. Cocina un menú completo para seis menores que provienen de familias que tienen dificultades para proporcionar una dieta adecuada a sus hijos. La semana que viene espera tener que cocinar para diez.
La putada de estas cosas es que el día que se le vaya de las manos con más familias que se lo pidan (algunas aprovechándose, no por necesidad), y deje de hacerlo, será la mala de la película. La gente se acostumbra rápido a los favores y cuando dejan de recibirlos parece que fuera una obligación.
Es loable su entrega y su lucha contra la pobreza y la desnutrición infantil, pero no es la solución. La solución pasa por hacerse objetora y dejar de pagar los impuestos locales (IBI, Basura, etc.) presentando las facturas de los alimentos que prepara para esas personas. Y, por supuesto, creando un movimiento objetor de conciencia sobre el tema. Seguro que el Tribunal Constitucional lo avala.
Vergonzoso y delictivo. En EE.UU. se castigan con penas de cárcel este tipo de comportamientos. A ver si se toman cartas en el asunto y esta profesora pasa una temporada entre rejas.
Comentarios
Estos son los héroes anónimos actuales de la época que nos ha tocado vivir.
#2 Otro ejemplo: El hombre que ha dedicado su jubilación a salvar más de 500 personas del suicidio
El hombre que ha dedicado su jubilación a salvar m...
selectanews.comLa putada de estas cosas es que el día que se le vaya de las manos con más familias que se lo pidan (algunas aprovechándose, no por necesidad), y deje de hacerlo, será la mala de la película. La gente se acostumbra rápido a los favores y cuando dejan de recibirlos parece que fuera una obligación.
Bravo por la maestra!
Es loable su entrega y su lucha contra la pobreza y la desnutrición infantil, pero no es la solución. La solución pasa por hacerse objetora y dejar de pagar los impuestos locales (IBI, Basura, etc.) presentando las facturas de los alimentos que prepara para esas personas. Y, por supuesto, creando un movimiento objetor de conciencia sobre el tema. Seguro que el Tribunal Constitucional lo avala.
Vergonzoso y delictivo. En EE.UU. se castigan con penas de cárcel este tipo de comportamientos. A ver si se toman cartas en el asunto y esta profesora pasa una temporada entre rejas.
Este comentario es irónico