Altn y Bartia están muy lejos de casa. A casi 5.000 kilómetros de Kalmukia, la república rusa de la que proceden y que hace mes y medio decidieron abandonar huyendo de la homofobia y el racismo de su país. "Aquí nos sentimos seguras. En Rusia hemos sufrido humillaciones y nuestros hijos han sido aislados en el colegio", explican desde el jardín de la Casa de Acollida que el Ayuntamiento de Valencia. La intransigencia ha unido a estas personas, de nacionalidades ahora enfrentadas por la pulsión belicista de Putin.
Comentarios
Ya me empieza a cansar lo de que malos son los rusos y que buenos los ucranianos.
#2 Bueno, yo creo que no es justo culpar a todos los rusos de lo que están haciendo Putin y unos cuantos más. Lo que ya no se es el apoyo real que tiene entre la mayoría de la población rusa la invasión de Ucrania.
#2 Shsssss, eso se piensa pero no se dice. Puedes llevar sanciones la próxima vez que tomes un vodka.
#2 ni que estuviesen los soldados rusos masacrando a los ucranianos
#6 Pequeñeces
#6 Precisamente por eso hacéis el ridiculo con estas noticias de “ucranianos salvan un gatito” que os traéis.
#8 y tu no crees que también haces el ridiculo con tu comentario?
Lo de la propaganda empieza a caer ya en lo ridículo.
Lo que está claro es que los homosexuales no huyen porque Putin sigue ahí .
Esto es ridiculo... Yo estuve en Kiev poco después de Maidan, le dieron un par de ostias a un tipo por ser gay y estos eran ucranianos...
Cuanta tontería de verdad