No sé cómo la Ministra de Igualdad ha dejado pasar esta normativa sin tener en cuenta el lenguaje inclusivo.
Debería decir:
El documento recuerda que “el momento más peligroso” para la víctima es cuando el/la presunto/presunta agresor/agresora descubre que esta/este “podría intentar terminar la relación”. Por ello, insiste en que los agentes presten atención a si el incidente pudo ser provocado por los celos del/la presunto/a agresor/a y si existe algún tipo de conducta de control y acoso de este hacia la mujer/hombre, así como si durante la intervención policial “se han registrado faltas de respeto o conductas desafiantes hacia el personal policial” y si existen “daños en el lugar de los hechos provocados por el/la presunto/a agresor/a”...
(también se podría añadir el/la/le presunto/a/e agresor/a/e...)
Otro intento de la ministra de la nada para hacerse ver, con la presunción de que alguien se crea que su ministerio es necesario.
Según el recuento de cadáveres, que siempre sigo con atención, estamos algo por debajo de la media de 60 al año (la notícia lo confirma), lo que nos dice que estamos como siempre.
Es notable que esta cifra se mantiene inalterada después de no sé cuantos (¿12? ¿14?) años de LIVG. Esta cifra es muy anterior a la LIVG. El que no vea que la LIVG y la cifra no están relacionadas debería hacérselo mirar.
Pues insisten en el error. Hacer más de lo mismo va a producir los mismos resultados.
Ya se ha dicho muchas veces que las medidas de protección de mujeres que son eficaces dependen de la detección del riesgo y que esta detección falla estrepitosamente. No dan una; ni clavando el dardo a través de un canuto son capaces de pinchar en el centro.
El problema es uno muy concreto y determinado. Mencionarlo, invariablemente recibe un strike. Un anatema del feminismo. Considero evidente que nadie estaría tan sensible a ese tema si la acusación no fuera cierta.
Así pues, conocemos la causa y sabemos quién no la quiere solucionar.
Comentarios
Y dentro de poco protegerán a las víctimas de la violencia de género que no exista, si es necesario para mantener los chiringos.
No sé cómo la Ministra de Igualdad ha dejado pasar esta normativa sin tener en cuenta el lenguaje inclusivo.
Debería decir:
El documento recuerda que “el momento más peligroso” para la víctima es cuando el/la presunto/presunta agresor/agresora descubre que esta/este “podría intentar terminar la relación”. Por ello, insiste en que los agentes presten atención a si el incidente pudo ser provocado por los celos del/la presunto/a agresor/a y si existe algún tipo de conducta de control y acoso de este hacia la mujer/hombre, así como si durante la intervención policial “se han registrado faltas de respeto o conductas desafiantes hacia el personal policial” y si existen “daños en el lugar de los hechos provocados por el/la presunto/a agresor/a”...
(también se podría añadir el/la/le presunto/a/e agresor/a/e...)
#2 eso no tiene sentido. El agresor tiene que ser hombre y la víctima mujer. Al revés no existe.
#3 ...y agresore?
#4 uhmm creo que es una trampa legal... Si eres agresor pasas a ser víctima. Pero no lo tengo claro.
#2 "agresor/agresora"
No has entendido como funciona el lenguaje inclusivo. Es evidente que en este caso no aplica.
Y los de la violación grupal de Zaragoza... ya podrían activar algo que lo tienen en vídeo.
Si no ha sido denunciada, como saben que es violencia de género? Pondrán protección a toda mujer con novio?
¿Y porque tardaron tanto?
Otro intento de la ministra de la nada para hacerse ver, con la presunción de que alguien se crea que su ministerio es necesario.
Según el recuento de cadáveres, que siempre sigo con atención, estamos algo por debajo de la media de 60 al año (la notícia lo confirma), lo que nos dice que estamos como siempre.
Es notable que esta cifra se mantiene inalterada después de no sé cuantos (¿12? ¿14?) años de LIVG. Esta cifra es muy anterior a la LIVG. El que no vea que la LIVG y la cifra no están relacionadas debería hacérselo mirar.
Pues insisten en el error. Hacer más de lo mismo va a producir los mismos resultados.
Ya se ha dicho muchas veces que las medidas de protección de mujeres que son eficaces dependen de la detección del riesgo y que esta detección falla estrepitosamente. No dan una; ni clavando el dardo a través de un canuto son capaces de pinchar en el centro.
El problema es uno muy concreto y determinado. Mencionarlo, invariablemente recibe un strike. Un anatema del feminismo. Considero evidente que nadie estaría tan sensible a ese tema si la acusación no fuera cierta.
Así pues, conocemos la causa y sabemos quién no la quiere solucionar.