Ahora se puede decir esto: la Segunda Restauración borbónica, el régimen político de 1978, se puede dar por fracasado, y en ningún extremo es eso tan evidente como en la “cuestión nacional”. Si la con la restauración de las libertades públicas tras el final del franquismo se hubiera de verdad querido tratar de resolver de una vez el problema de la unidad de los pueblos de España...
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Hay una parte del artículo especialmente dedicada a los internacionalistas.