Realizar una autocrítica siempre es saludable y más si el que lo hace es un político, sujeto no acostumbrado a esta práctica. En la era de la pospolítica, la mentiría se ha institucionalizado en forma de posverdad, y ahora asistimos al surgimiento en versión catalana de la posautocrítica extrema. La posautocritica, consiste en pasar de la autocrítica a la estupidez. La autoflagelación de los políticos de independentistas rayando al masoquismo, me parece una verdadera estupidez. Pero, como en la posverdad, nada de lo que se diga importa, les
Comentarios
#0 SPAM: @novell
Está claro...
Yo podría follar un montón pero prefiero fapearme porque si no, no sería todo lo independiente que me gustaría.