Hace 6 años | Por irdnas a nationalgeographic.es
Publicado hace 6 años por irdnas a nationalgeographic.es

A principios de mes, Soary Randrianjafizanaka se unió a un grupo formado por varios policías, compañeros y otras personas para investigar un olor rancio procedente de una casa de dos pisos en Toliara, una localidad en la costa suroeste de Madagascar. Se encontró con una escena que nunca había visto antes en su trabajo como directora regional de la agencia medioambiental de Madagascar: miles de tortugas de varios tamaños cubrían el suelo, unas encima de otras sin espacio para moverse.

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Angelusiones

Si fueran ardillas ya tendríamos al culpable roll