Publicado hace 10 años por felpeyu2 a losmundosdebrana.wordpress.com

El efecto fotoeléctrico cuenta con un sinfín de aplicaciones. Sirve, entre otras muchas cosas, para que no nos pillen las puertas del ascensor, para generar energía o para hacer fotografías digitales de forma incontrolada. En definitiva, pasa la prueba del “¿Y esto para qué sirve?” con summa cum laude. Su historia es toda una aventura y para disfrutarla, viajaremos hasta finales del siglo XIX y principios del XX. En 1864, James Clerk Maxwell consiguió el mayor logro de la física del siglo XIX: la unificación de la electricidad y el magnetismo

Comentarios

D

Que tonterías, donde no esté un buen capote de la virgen del rocío...