Doehlemann estableció una distinción entre este aburrimiento situacional de vieja data y su primo intelectual más reciente, el “aburrimiento existencial”, que llega al mismísimo centro de la modernidad posterior a la Ilustración (el verbo “aburrir” no llegó a algunas lenguas hasta la segunda mitad del siglo XVIII). Este aburrimiento se refiere al desaliento indolente que resulta de la muerte de Dios, la búsqueda romántica de significados personales y el encuentro metafísico con la nada, sobre el cual legiones de escritores de Flaubert a...
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Es el estado en que te encuentras cuando no te apetece ni masturbarte.
O aburrir a los demás: http://tinyurl.com/38lb97d