El artífice del milagro español, el otrora poderoso vicepresidente económico y director del Fondo Monetario Internacional (FMI), con la ley en los talones tras una escenificación calculadamente teatral de su detención (esa mano en la nuca cuando no iba esposado y, por tanto, no necesitaba esa ayuda, nunca podría pasar desapercibida).
Comentarios
Son unos caraduras amorales