No habíamos despertado aún de la pesadilla del asalto al Capitolio cuando Filomena decretó en media España ese confinamiento total que las autoridades autonómicas y estatales no se atrevieron a decidir en lugar de "salvar la navidad", transmitiendo una especie de resignación colectiva, como si alguna fuerza divina hubiera dictado que es aceptable una multiplicación de los contagios, un aumento de las muertes y una nueva saturación de los hospitales a cambio de que la ciudadanía brindara y se abrazara "un poquito"
Comentarios
Al gobierno se le debe echar la culpa de lo sucedido al principio, pero después de medio año y con lo visto durante estos meses, la decisión de cuidarse o no a uno mismo y a los familiares es responsabilidad de uno mismo.
Por mucho que un político me diga que ya puedo hacer esto o lo otro, lo haré o no según yo mismo vea la situación... como para fiarse de ninguno...