Hace 3 años | Por --76276-- a vidanuevadigital.com
Publicado hace 3 años por --76276-- a vidanuevadigital.com

Converso con una persona de 72 años. Sufre una enfermedad irreversible y muy deteriorante. Lo vive como “cargar con la cruz que Dios le ha enviado”, lo que explicaría también su amargura casi permanente y ese ceño fruncido mirando desde el banco de la Iglesia donde siempre se sienta. Siempre el mismo: “Este es mi sitio”.