Atravesamos la nave central y salimos por la portada que habíamos cruzado al entrar.
Las palabras de Ubertino, todas, seguían zumbándome en la cabeza. —Es un hombre extraño –me atreví a decir.
—Es, o ha sido, en muchos aspectos, un gran hombre –dijo Guillermo–.
Pero precisamente por eso es extraño. Sólo los hombres pequeños parecen normales.
Ubertino habría podido convertirse en uno de los herejes que contribuyó a llevar a la hoguera, o en un cardenal de la santa iglesia romana. Y estuvo muy cerca de ambas perversiones.
El nombre de la rosa - Umberto Eco
Comentarios
#0 Te regalo el principio de un poema de Borges, recordando que el personaje chungo se llama Jorge de Burgos:
Si (como afirma el griego en el Cratilo)
el nombre es arquetipo de la cosa
en las letras de 'rosa' está la rosa
y todo el Nilo en la palabra 'Nilo'.
Y, hecho de consonantes y vocales,
habrá un terrible Nombre, que la esencia
cifre de Dios y que la Omnipotencia
guarde en letras y sílabas cabales.