De entrada, el concepto de levadura para los procesos nos parece una metáfora perfecta de lo que puede aportar el diseño pero luego, visto en la práctica, enfocado en recontextualizar estos procesos a entornos cercanos, se entiende mucho mejor su función y sobre todo, esta adquiere relevancia. Además usado para la facilitación gráfica, ayuda a visualizar y entender el relato de una asamblea o un proceso o puede hacer que determinados objetos se usen como mediadores sociales para facilitar procesos de grupo.