El 9 de marzo de 2020, en la residencia Elder de Tomelloso (Ciudad Real) tenían a dos personas con sintomatología del coronavirus. El día 10, el Patronato de la fundación que es dueña del centro mantuvo una reunión extraordinaria en la que decidió cerrar sus puertas para evitar contagios. Y, pese a todo ello, el director de Elder decidió marchar el día 11 a Madrid para declarar como testigo en un juicio que se celebraba en el Tribunal de Cuentas y abandonar así su responsabilidad al frente de la residencia. En el banquillo se sentaba el…
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infolibre.esSi el rostro fuese el espejo del alma, a este personaje no lo querría cerca de mi por nada del mundo.
Vergonzoso artículo de infolibre, ahora resulta que un director de residencia tenía que saber más que Fernando Simón o el ministerio de sanidad.
Cita a juristas a los que pregunta sobre declarar por videoconferencia o aplazar la declaración con solo uno o dos días de margen.
En fin artículo sensacionalista a tope.
#3 De acuerdo contigo en todo. Sin embargo, lo que más rabia me produce es leer cómo un Don Nadie, con familia y amigos de la familia, saca adelante su vida, bien regada en euros (incluidos públicos) entre la más absoluta incapacidad e incompetencia. Por ahí decían que la meritocracia son los padres. Y en este caso el carnet también.