Es difícil no pensar en la sombra de Oliver Sacks, alargada, casi puntiaguda, empeñada en clavarse en cualquier galeno que se atreva a coger la pluma y hablar de sí mismo. Sin embargo, Marsh consigue escabullirse de ese territorio oscuro donde se acaba diciendo lo mismo que otro ya ha dicho antes hasta convertirse en papel mojado y lo hace con una sinceridad del tamaño de una excavadora, sugiriendo su sapiencia sin hacerla nunca protagonista y focalizando su escritura en la esquiva naturaleza de su profesión.
Comentarios
yo cuando me pongo frente al espejo no me veo, es grave?
#1 No demasiado, solo tienes que limpiar el espejo
#3 vaya y yo que pensaba que era "especial"
Aquí se ve lo que pasó