Hace miles de años, el Sáhara era sorprendentemente verde, con una rica vegetación, árboles y lagos que cubrían casi todo lo que ahora es desierto de arena. Había vastas praderas abiertas, bosques, ríos, lagos y humedales, que permitían la supervivencia de una gran variedad de especies animales. Las pruebas de este pasado están grabadas en las rocas, en forma de fósiles y de petroglifos y pinturas rupestres realizadas por los humanos que vivieron en esa época. Uno de los lugares más conocidos de estos petroglifos es la Cueva de los Nadadores
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Esta historia se recoge en la película El Paciente Inglés, donde László Almásy fue interpretado por Ralph Fiennes.