Hace 2 años | Por nachoman a laculturasocial.com
Publicado hace 2 años por nachoman a laculturasocial.com

En el museo de la postpandemia se han popularizado los códigos QR como respuesta a la imposibilidad de no tocar folletos, trípticos y otros elementos. Esta implementación de la tecnología para interpretar el patrimonio está comenzando a sustituir a los guías e intérpretes de patrimonio, cuando la tecnología debería complementar a estos profesionales. Así se ha visto en la colocación de códigos QR en un monumento donde se ha realizado un ERE a los trabajadores; o la inclusión de un robot guía para los visitantes.

Comentarios

estoyausente

Como si se hubiesen inventado hoy las audioguías... No es muy diferente. QRs o robots que te acompañan, algo más cómodo quizá que pulsar el nº18 y darle al play (en el caso del robot) pero nada diferencial.

Tiene sus ventajas: puedes pedir información solo de las piezas que te interesen, puedes dilatar o acortar la duración de tu visita, puedes ir a tu bola, no hay horarios fijos, no tienes que aguantar a un grupo, puedes saltarte partes que directamente no te interesab, es más barato... y sus inconvenientes por supuesto: quizá la curiosidad X de tal obra no la hubiese escuchado nunca porque no te llamó la atención pero el guía sabe que mola, no puedes hacer preguntas, la calided humana hace una visita guiada muchísimo más interesante y amena (al menos para mi) y el guía es mejor para darte más o menos datos dependiendo de la duración de la visita sin perderte las cosas más importantes.

Creo que no son incompatibles y está guay poder disfrutar de ambas opciones dependiendo del momento, la economía, el tipo de exposición/obra...

cricri17

Entre esto y los voluntarios culturales, la verdad es que lo tienen complicado