Muchas veces se piensa que sólo las personas que padecen de un trastorno de personalidad antisocial o aquellos que tienen una lesión cerebral son capaces de desarrollar conductas inmorales extremas. Se dice, casi a manera de excusa, que estas personas son incapaces de experimentar remordimiento y que incluso no pueden sentir empatía. Quizás esta idea nos hace sentir seguros pero lo cierto es que las personas normales también pueden presentar conductas inmorales extremas.
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y que incluso no pueden sentir empatía
Hoy en día no conozco prácticamente a nadie que sea empático. Y no, no sirve ser empático con tu abuela o con el crío de la vecina, ni falsamente empático con una tragedia acaecida en Australia.
Empático con tu entorno, en general, que te lleve a actuar de forma desinteresada. Lastimosamente, ser empático acarrea críticas de aquellos que son indiferentes a los problemas de los demás, así que muchas veces al ser empático se añade la pena de tener que vivir en un mundo tan egoísta.
Basta ya de machacarnos a los TBHL (tios blancos heterosexuales lloricas).