En muchas ocasiones, un mal diseño de las infraestructuras ciclistas, más que fomentar el uso de la bicicleta, se convierte en un elemento disuasorio. La falta de profesionales especialistas y el afán de los políticos de "sumar" kilómetros de vías ciclistas a sus currículos desemboca en chapuzas.
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Vaya, se han dado cuenta que estaban diseñados para acabar con ellos