28 de mayo de 2006. David Coulthard, ataviado con una sonrojante capa de Superman, sube al podio más glamuroso y solemne de la Fórmula 1 para recoger el trofeo del tercer clasificado de manos de Alberto II de Mónaco. Se trata del primer podio de la historia del equipo que, un año antes, había ingresado en la F1 para poner en marcha una descomunal estrategia de marketing.
Me acuerdo de ese día. Menuda pinta tenía Coulthard disfrazado de Superman junto a Alberto de Mónaco. Resulta sorprendente el cambio que se expone en la entrada, el paso que se ha dado de generar interes por el espectáculo que rodea a las carreras a generarlo por los resultados en pista.
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Me acuerdo de ese día. Menuda pinta tenía Coulthard disfrazado de Superman junto a Alberto de Mónaco. Resulta sorprendente el cambio que se expone en la entrada, el paso que se ha dado de generar interes por el espectáculo que rodea a las carreras a generarlo por los resultados en pista.