Así cuando la derecha pierda las elecciones llegará el mandato de los jueces que impedirá que la izquierda gobierne y que los delitos de la derecha ya en la oposición sean juzgados como correspondería. Muy inteligente, y poco demócrata, pero no sé, ¿alguna cosa me recuerda ?
#3 En los EEUUA intentaron algo parecido, pero tienen más protecciones democráticas y no pudieron oponerse a los resultados de las urnas. En Brasil puede que sí lleguen a conseguirlo. Putos fascistas de mierda.
Brasil es un Estado laico —y conservador— donde decenas de parlamentarios se reúnen una vez por semana para rezar juntos en una sala del Congreso, en Brasilia. Fue en uno de esos encuentros, hace ahora dos años, donde el presidente Jair Bolsonaro hizo una promesa solemne a los presentes: “Voy a poder proponer a dos jueces para el Tribunal Supremo, uno de ellos será terriblemente evangélico”, proclamó el exdiputado, que allí mismo recalcó su fe en que Dios lo colocó en la cúpula del poder.
Vamos para atrás, como los cangrejos. Ponen al mando de la justicia a los que creen que hay que imponer su propia moral a todo el mundo.
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Así cuando la derecha pierda las elecciones llegará el mandato de los jueces que impedirá que la izquierda gobierne y que los delitos de la derecha ya en la oposición sean juzgados como correspondería. Muy inteligente, y poco demócrata, pero no sé, ¿alguna cosa me recuerda ?
#3 En los EEUUA intentaron algo parecido, pero tienen más protecciones democráticas y no pudieron oponerse a los resultados de las urnas. En Brasil puede que sí lleguen a conseguirlo. Putos fascistas de mierda.
Como si España no estuviera repleta de jueces del Opus.
Copio
Brasil es un Estado laico —y conservador— donde decenas de parlamentarios se reúnen una vez por semana para rezar juntos en una sala del Congreso, en Brasilia. Fue en uno de esos encuentros, hace ahora dos años, donde el presidente Jair Bolsonaro hizo una promesa solemne a los presentes: “Voy a poder proponer a dos jueces para el Tribunal Supremo, uno de ellos será terriblemente evangélico”, proclamó el exdiputado, que allí mismo recalcó su fe en que Dios lo colocó en la cúpula del poder.
Vamos para atrás, como los cangrejos. Ponen al mando de la justicia a los que creen que hay que imponer su propia moral a todo el mundo.
Quién mejor par el puesto que un juez con línea directa divina. Bien por Bolsonaro, en Brasil se están haciendo bien las cosas.