En Alburquerque no hay simpatía por su alcalde. Allí lo que hay es una admiración total que en algunos casos se convierte en devoción, un sentimiento que no resultará exagerado para la vecina que esta semana decía que «habría que quitar a muchos santos de su pedestal para poner a Ángel Vadillo».
Joder esto si que es inaudito, alguien adorando a un politico. Aunque este si que se deja la vida por su pueblo no como el resto en los que tu dejas la tuya por la suya
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Aquí sería un milagro por muy corrupto, canalla y ladrón que fuera
Joder esto si que es inaudito, alguien adorando a un politico. Aunque este si que se deja la vida por su pueblo no como el resto en los que tu dejas la tuya por la suya