Hace 14 años | Por --175549-- a ideal.es
Publicado hace 14 años por --175549-- a ideal.es

Los chanchullos del alcalde de El Ejido eran de lo más variopinto. Por ejemplo, el deceso de la que ahora era su vivaracha burra se convierte en una nueva presunta ilegalidad al no cumplir con las leyes existentes. A un 'colega', el aún primer edil de la segunda ciudad más poblada de la provincia le comenta que se le ha muerto la burra. «¿Qué has hecho? ¿Enterrarla?» le inquiere su amigo. «Sí, enterrarla». «Eso no se puede hacer» le responde, «hay que incinerarla». «A ver si puedo hacer algo».

Comentarios

D

Hombre, no va a dejar a su madre a merced de las moscas, ahí tirada...

s

#1 Merece que salga a portada solo por tu comentario lol

starwars_attacks

por favor, que no llegue a portada.