A medida que avanzaba hacia la treintena, la vida de los que me rodeaban me parecía más simple. El trabajo, la novia, sus proyectos de casas, hipotecas, bodas… Desde los que más precozmente habían dado el salto al mercado laboral hasta los que habían apurado hasta los 27 para acabar un máster, ya iban todos enfilando uno por uno las sendas de sus vidas. Aquel batiburrillo de jóvenes soñadores que tenía a mi alrededor había mutado y ahora quería hacer cosas más propias de la etapa vital que su edad les marcaba.
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Comentarios
Sí lo comprendes. Lo que pasa que todo está tan lleno de mierda que a uno le cuesta aceptarlo.
Sobre todo a uno le llama la atención la de mierda que copa toda interacción humana, y todo lo que está orientado a ellas. La publicidad y el target al que va orientado es un ejemplo. Las apariencias que uno ha de mantener, debido al "protocolo" como se le llama, como en el trabajo, bodas, reuniones familiares, etcétera.
Todo está tan lleno de mierda que no sé cómo podré seguirlo soportando.
#2 no lo soportes, mira vuelos baratos a las américas
Buah chaval, que triste todo, y cuánta razón cuando te pones a reflexionar un poco...
La verdad es que por esas latitudes las cosas funcionan extrañamente. Yo solo pillaba cacho a 100 km de distancia con lo peor de lo peor y de año a año. La crisis económica me abrió los ojos y cogí un vuelo lo antes posible. Pasé de ser un pagafantas a ser macho alfa por ser "el español" en países latinoamericanos, donde las cosas se volvieron del revés. En escasos meses tuve más vida sexual que en los 28 años que desperdicié en la península. Bien por el que se fue a por polacas. Y se lo recomiendo a todo aquel acomplejado que se identifique con el relato. En mi caso no voy a regresar a tierras europeas, la vida no tiene sentido para mí en esa región del mundo. Casa sin hipoteca, a tocateja, trabajo de sobra, valorado y a vivir bien. Aquí todavía se puede decir "en tu casa o en la mía", no "en el piso de tus padres o en el de los tuyos".