La belleza de la palabra
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Poema - "Momentos que no tienen precio"

Llegar al fin

hasta la puerta de tu casa,

entrar,

echar todas las cerraduras,

y, como quien saborea

el sabor de la venganza,

decirlo:

“ahí os quedáis,

hijosdeputa”.

Karmelo C. Iribarren

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Quien dice que la ausencia

Quien dice que la ausencia causa olvido

merece ser de todos olvidado.

El verdadero y firme enamorado

está, cuando está ausente, más perdido.

Aviva la memoria su sentido;

la soledad levanta su cuidado;

hallarse de su bien tan apartada

hace su desear más encendido.

No sanan las heridas en él dadas,

aunque cese el mirar que las causó,

si quedan en el alma confirmadas.

Que si uno está con muchas cuchilladas,

porque huya de quien lo acuchilló,

no por eso serán mejor curadas.

Juan Boscán

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Luis (de disco "Lo camin del solelh")

Oigan ustedes señores

Con atención,

Una canción que dice

En español,

Como empieza una vida

En Aragón

Y se acaba el camino

En tierras d'Oc.

Terribles los inviernos

En pueblo de la torre

Infierno los veranos

Donde está el rebaño ?

Que triste estoy Luis.

Luis, vamonos pa'francia

Y alli trabajando

Tendremos dinero

Pa'levantar casa cuando

Volvamos aquí.

Entre viñas y olivos

Van corriendo los años

- « Es casi nuestra lengua

La que aquí se habla :

Contenta estoy Luis. »

Lui, iremos a España

Y allí descansando

Alegres los nuestros

Nos olvidaremos el tiempo

perdido aquí.

Solo en los cuentos

Todo bien se acaba :

El dios de la injusticia

A Francia ha dejado

Mi abuelo Luis.

Luis heredé tu sueño

Cambiará España

Entonces cantando

Levantaré casa cuando

Volvamos alli.

Claudi Martí

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Las plazas

En las plazas

los niños juegan

y los viejos hacen un alto

en su peregrinar hasta la hora

del almuerzo.

es una imagen

urbana, agradable,

que, dependiente

del día que tengas,

el tiempo

-con su didactismo barato-

ensucia

a veces

con una sombra

de melancolía:

¡pasa tan rápido la vida!

en estos casos

-como si te conociesen-

aparecen

los gorriones

con su traje

de hace siglos

y sus escaramuzas

entre sus zapatos,

y tiran

otra vez de ti

hacia la luz.

Karmelo C. Iribarren

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Poema de Paul Laverty sobre Gaza. Tiza

TIZA

Tiza.
¿Te has parado a pensar en ella desde que dejaste la escuela?
La tiza es blanda,
está hecha de trocitos
de conchas de calcita y esqueletos de plancton.
Fáciles de machacar.
La arrastra la lluvia.
¿La arrastrarán las lágrimas?
Los niños son blandos,
están hechos de huesos (proteína, colágeno, minerales, sobre todo calcio).
Fáciles de machacar.
Gaza es una bola de nieve,
el Mundo contempla su interior.
Los copos son esquirlas de metralla,
los puntitos de dentro
se amontonan formando cúmulos,
como hormigueros.
¿Sientes el calambre en la boca del estómago
por la mañana cuando enciendes la pantalla
y las cifras se disparan?
¿Te vas a la cama y no duermes
porque lo único que ves en la oscuridad
son miembros retorcidos bajo los escombros,
labios resecos y agrietados que supuran gemidos ahogados,
una muerte lenta que no le desearías ni a un perro?
¿Sientes la rabia que te sacude el cuerpo,
te desgañita el alma,
te hierve el cerebro a mayor temperatura
que las armas de fósforo que hace EEUU
(recuerdas los 172.000 millones del Tío Sam
que infundieron vida en el Apartheid)
cuando Biden, Sunak,
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La canción de Aengus el vagabundo, W. B. Yeats

La canción de Aengus el vagabundo, W. B. Yeats

Eché a andar por el bosque de avellanos

porque sentía un fuego en la cabeza,

y corté y descortecé una rama

y le até una baya con un hilo;

y cuando echaron a volar mariposas blancas

y se alejaron como estrellas titilantes,

la dejé caer en un arroyo

y pesqué una pequeña trucha plateada.

Tras haberla dejado en el suelo

fui a avivar con mi aliento la llama,

pero algo crujió en el suelo

mientras alguien pronunciaba mi nombre.

Se había convertido en una joven resplandeciente,

y con flores de manzano en el cabello,

que me llamó por mi nombre y echó a correr

perdiéndose en el aire destellante.

Aunque envejezca en mis vagabundeos

por hondonadas y colinas,

alguna vez volveré a encontrarla,

y tomándola de las manos, la besaré en los labios,

y caminaremos entre largas hierbas multicolores,

y cosecharé hasta el final del tiempo

las plateadas manzanas de la Luna

y las manzanas doradas del Sol.

Angelo Branduardi - La canzone di Aengus, il vagabondo

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Aproximación a los haikus

La noche ha caido

Suena la lluvia

Brilla la chimenea

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Cárcel de sombras

Fue una noche de lunes

de oscuridad sin luna,

y ni un sólo reproche

de tu boca oportuna.

El azahar olía a odio,

el magnolio a tristeza,

las azaleas penaban solas.

Las rejas de tu ventana

cárcel de sombras en la calle.

Pasé de largo,

tan de largo

que olvidé quién vivía allí.

Fue un lunes de noche,

de oscuridad sin luna

y sombras de olvido.

(ContinuumST. Mayo 2012.)

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Defensa de la alegría

Defender la alegría como una trinchera

defenderla del escándalo y la rutina

de la miseria y los miserables

de las ausencias transitorias

y las definitivas

defender la alegría como un principio

defenderla del pasmo y las pesadillas

de los neutrales y de los neutrones

de las dulces infamias

y los graves diagnósticos

defender la alegría como una bandera

defenderla del rayo y la melancolía

de los ingenuos y de los canallas

de la retórica y los paros cardíacos

de las endemias y las academias

defender la alegría como un destino

defenderla del fuego y de los bomberos

de los suicidas y los homicidas

de las vacaciones y del agobio

de la obligación de estar alegres

defender la alegría como una certeza

defenderla del óxido y de la roña

de la famosa pátina del tiempo

del relente y del oportunismo

de los proxenetas de la risa

defender la alegría como un derecho

defenderla de dios y del invierno

de las mayúsculas y de la muerte

de los apellidos y las lástimas

del azar

y también de la alegría.

Mario Benedetti

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Poema: Soledad (de Diario de un poeta recién casado)

En ti estás todo, mar, y sin embargo,

¡qué sin ti estás, qué solo,

qué lejos, siempre, de ti mismo!

Abierto en mil heridas, cada instante,

cual mi frente,

tus olas van, como mis pensamientos,

y vienen, van y vienen,

besándose, apartándose,

con un eterno conocerse,

mar, y desconocerse.

Eres tú, y no lo sabes,

tu corazón te late y no lo sientes...

¡Qué plenitud de soledad, mar solo!

Juan Ramón Jiménez

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15 haikus de Jack Kerouac

15 haikus de Jack Kerouac

Jack Kerouac fue un novelista y poeta nacido en Lowell, Massachusetts, en 1922. Se unió a la Marina Mercante de Estados Unidos en 1942, donde escribió su primera novela, El mar es mi hermano, que no fue publicada hasta 2011, ya que él mismo la describió como un fracaso. Está considerado como uno de los principales representantes de la Generación Beat junto con autores y autoras como Allen Ginsberg, William S. Burroughs, Gregory Corso, Philip Lamantia o Denise Levertov. A pesar de ser enemigo declarado de las etiquetas, el término Beat Generation fue inventado por el propio Kerouac durante una conversación con Herbert Huncke, haciendo referencia a alguien con poco dinero y pocas perspectivas.
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Perdido (2010)

Un corazón perdido

en un camino nuevo

donde nadie sabe dónde ir

porque camino es sendero.

Un sendero que puede llevar

a ninguna parte.

A ninguna parte.

Miedo.

Corazón.

Qué miedo nos trae vivir

cuando la vida es tan corta.

Mira esos aviones,

escucha ese sonido,

esconde tu cuerpo,

tu corazón.

Guerra.

Qué miedo.

Amar no significa nada

cuando tu vida se rompe

en pedazos. Guerra.

Y ya no hay nada que sentir.

Mi corazón late un poco,

todavía.

Ahora menos.

Y ahora nada.

Guerra.

Muerte.

Un corazón perdido.

(ContinuumST. 2010.)

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Duende jocoso

El azar.

Ese duende jocoso de sonrisa eterna,

mezcla de maldad y bondad perpetua,

ajeno a todo lo humano y lo divino.

Nos cruzamos aquella tarde sin destino,

bajo paraguas y lluvias.

Tú no tenías que estar allí,

yo ni siquiera sé por qué pase por allí,

simplemente pasé sin querer pasar,

sin querer estar.

Y te miré

y me miraste.

Ojos sencillos bajo lluvia silenciosa,

chaparrón de sensaciones,

en silencio.

Y el agua caía.

Pasé de largo y tú pasaste de corto.

El azar.

(Junio de 2017)

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"Canto, río, con tus aguas"

Yo nunca seré de piedra.

Gritaré cuando haga falta.

Reiré cuando haga falta.

Cantaré cuando haga falta.



Rafael Alberti.

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Táctica y estrategia

Mi táctica es

mirarte

aprender como sos

quererte como sos

mi táctica es

hablarte

y escucharte

construir con palabras

un puente indestructible

mi táctica es

quedarme en tu recuerdo

no sé cómo ni sé

con qué pretexto

pero quedarme en vos

mi táctica es

ser franco

y saber que sos franca

y que no nos vendamos

simulacros

para que entre los dos

no haya telón

ni abismos

mi estrategia es

en cambio

más profunda y más

simple

mi estrategia es

que un día cualquiera

no sé cómo ni sé

con qué pretexto

por fin me necesites.

Mario Benedetti

Táctica y Estrategía en la voz de Mario Benedetti - YouTube

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Pájaro azul

Pájaro azul

...

Hay un pájaro azul en mi corazón

que quiere salir

pero soy demasiado listo, sólo le dejo salir

a veces por la noche

cuando todo el mundo duerme.

le digo ya sé que estás ahí,

no te pongas

triste.

luego lo vuelvo a introducir,

y él canta un poquito

ahí dentro, no le he dejado

morir del todo

y dormimos juntos

así

con nuestro

pacto secreto

y es tan tierno como

para hacer llorar

a un hombre, pero yo no

lloro,

¿lloras tú?

Charles Bukowski

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Poema - En el tren

Hace unos minutos

que ha recibido la llamada,

y desde entonces no ha soltado el pañuelo.

Qué tristes

son las lágrimas de un viejo,

te desarman,

te dejan sin opción.

Solo puedes imaginarte lo peor.

Karmelo C. Iribarren

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Poema - Al caer el sol

Nunca lo he visto antes,

pero conozco a ese hombre.

Si me acercase,

distinguiría en sus ojos

ese brillo gastado,

como sin vida,

que tanto me recuerda, por cierto,

a los oficinistas de mi infancia.

Pronto se llevará la cerveza a los labios,

le dará un sorbo,

y volverá a dejarla

suavemente sobre la barra.

Sin prisa. No la hay. No le hace falta.

Nada nuevo va a ocurrir

y lo sabe.

Se encuentra más allá de la esperanza,

en su perpetuo atardecer.

Conozco a ese hombre, sí,

y me da miedo.

A veces, de madrugada,

poco antes de acostarme,

me mira desde el espejo.

Karmelo C. Iribarren

Poema recitado por el autor

 

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Poema - Cosas de la edad

Cosas de la edad, supongo:

te da por mirar atrás,

hacia tu vida,

y ves que no ha sido,

en el fondo,

más que un puñetero fraude.

 Y después

—para joderlo del todo–,

no se te ocurre otra cosa

que mirar hacia adelante.

Karmelo C. Iribarren

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Síndrome (Mario Benedetti)

Síndrome (Mario Benedetti)

Todavía tengo casi todos mis dientes

casi todos mis cabellos y poquísimas canas

puedo hacer y deshacer el amor

trepar una escalera de dos en dos

y correr cuarenta metros detrás del ómnibus

o sea que no debería sentirme viejo

pero el grave problema es que antes

no me fijaba en estos detalles.

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Poema - Vencido

Poema - Vencido

Vencido, una vez más.

Por el amor,

el odio, o por la vida

que no hace concesiones ni da treguas.

Aquí,

en la esquina de un siglo

tan inútil como lo fueron todos.

Y también tan sanguinario.

Fumando un cigarrillo.

Indiferente.

Viendo como la gente se destroza,

y sin sentir nada especial.

Karmelo C. Iribarren

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Lo peor, lo más triste

No sé si soy feliz,

si verdaderamente

lo he sido alguna vez;

aunque creo que no.

Y a ti te ocurre otro tanto,

me consta.

Pero no es esto lo peor.

Lo peor del caso,

lo más triste,

es que ya

ni siquiera nos importa.

Karmelo C. Iribarren

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Adioses...

Hay muchas formas de despedirse,

dando la mano,

dando la espalda,

nombrando fechas,

con voz de olvido,

pensando en nunca,

moviendo un ramo ya deshojado.

Por suerte a veces queda un abrazo,

dos utopías,

medio consuelo,

una confianza que sobrevive y entonces triste,

el adiós dice que ojalá vuelvas…

Este adiós que te guardo

está madurando con los días

Exprimo nuestra vivencia

y no la dejo quedarse

en el pasado

No puedo avanzar contigo

porque te deseo a cada instante

y desear lo que no se puede tener

es como escribir

sin que nadie te lea

Eso seguro que lo entiendes

Te quiero pero no deseo luchar

contra el destino

Disfrutaré de vez en cuando

de tu recuerdo

que seguirá alterándome.

Mario Benedetti

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Poema - Intuición del frío

No es el de la niñez,

aquellas mañanas de diciembre,

a lo largo del río,

hacia el colegio,

ni se trata tampoco de aquel otro

que te sorprendería,

años después,

más de una madrugada

dando tumbos.

No,

este es distinto,

este da miedo:

viene del futuro.

Karmelo C. Iribarren

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Poema - Al límite

Tienes veinte años,

tienes a la vida

por el cuello,

a tu merced;

pero no es suficiente,

quieres más.

Conozco esa sensación.

Y te deseo mucha suerte,

la vas a necesitar.

Karmelo C. Iribarren

menéame