Si el Cielo no tuviera
a veces su maldades.
si dios no se enojara,
si no existiera el Hades,
si no fuesen cofrades
San Pedro y Satanás
de un mismo cementerio...
¿Qué mísero misterio
tendría la existencia?
Si sólo la obediencia
nos fuera permitida,
si no hubiera ascensiones
por miedo a la caída...
Si sólo la campana
perdida de una iglesia
sirviera de anestesia
para este gran dolor
que tanto nos tortura...
¿De que valdría el amor
faltando la locura?
.
.
Feindesland, 2007.