La belleza de la palabra
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Poema - "Me alejo y lo dejo"

Aléjate de la persona que te humilla.

Aléjate más de la que te martiriza,

(aunque sea la que más te erotiza),

aunque lleves su sangre.

Corta las alas al vuelo del mal.

Aunque seas pacifista defiéndete,

lanza tu rayo de luz

a quien intente dejarte ciego.

Sé valiente, aléjate

sin más venganza.

Gloria Fuertes, "Es difícil ser feliz una tarde"

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Poema de Karmelo C. Iribarren

Domingo tarde

Qué hago

mirando la lluvia

si no llueve.

Karmelo C. Iribarren

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Poema - "Teoría y práctica"

Señoras y señores

hoy trataremos del imperialismo

tema difícil si los hay

y a veces engorroso de sitiar

en sólo media hora de pésimas noticias.

En consecuencia intentaré abordarlo

tal como en un pasado alegre y misterioso

se solía abordar los bajeles piratas

quiero decir

de un modo irregular.

Digamos por ejemplo

que una campana suena a lo lejos mansa

y purifica el diálogo y se queda

como el sol en las copas de los árboles.

A pesar del calor, el horizonte

se pone su bufanda

y unos pájaros sueltos y agilísimos

la recorren

y no son golondrinas.

Nada de eso es el imperialismo.

Digamos por ejemplo

que una muchacha quiebra la mañana

con sus caderas móviles

sus ojos perentorios

sus labios de cosecha

su paso que no pasa

y el muchacho espera invencible y modesto

la incluye en su destino. la estudia poro a poro

y así centineándola

se atreve o no se atreve.

Tampoco eso es el imperialismo.

Digamos por ejemplo

que un niño escucha el mundo y decidiéndose

le echa su bocanada de candor

aprende cómo son sus pies y se los come

discute con el techo y lo convence

llora para variar y porque sabe

que a su alarido comparece el seno

con su promesa láctea y esa piel

que le gusta sentir junto a los párpados

y sabe que es feliz aunque no sepa

qué precio va a pagar o qué desprecio.

Tampoco eso es el imperialismo.

Digamos por ejemplo

que un viejo está aprendiendo el alfabeto

y clava en su memoria los diptongos

y las esdrújulas que son tan cómodas

porque llevan acento indiscutible

tiene rostro de cuáquero este viejo

pero el alma la tiene de resorte

y escribe llubia porque en su campito

nunca vio que lloviera con ve corta.

Tampoco eso es el imperialismo.

Digamos por ejemplo

que una máquina late en el delirio

dice ruidosamente su producto

y las manos lo ayudan lo enderezan

lo limpian lo acicalan y lo envasan

manos que se conocen hace años

y hace años se mojan y se secan

se dan la bienvenida y los adioses

se preguntan se llaman se responden

se apoyan en la máquina materna

que dice su producto y carraspea

y cuando las ve juntas veteranas

suelta dos o tres lágrimas de aceite.

Tampoco eso es el imperialismo.

Digamos por ejemplo

que en la serena noche conyugal la pareja

hizo un hijo porque le dio la gana

y le ha dado la gana porque sabe

que un hijo es el profeta cotidiano

irá anunciándolos de sol a sol

irá diciendo a todos que es un hijo

y se alimentará con insolente

apetito y probará la patria

como si fuera pan caliente y nuevo.

Tampoco eso es el imperialismo.

Digamos por ejemplo

que la frontera pierde sus aduanas

y hasta nos invadimos los unos a los otros

nos prestamos volcanes y arroyitos

y cobre y antropólogos y azúcar

y lana y proteínas y arcoíris

y alfabetizadores y durmientes

y poetas y prosistas y petróleo

y el contrabando queda para el viento

y para los amantes migratorios.

Tampoco eso es el imperialismo.

Digamos por ejemplo

que la lluvia y el sol nos pertenecen

también el sobrecielo y el subsuelo

las provincias de nuestro corazón

y el territorio de nuestro trabajo.

Somos iguales ante los iguales

en un mundo de pares y sin otros

una linda locura de los cuerdos

y cierta estratagema de justicia

vamos poniendo tildes a presagios

que se cumplieron o se están cumpliendo

en un comienzo fuimos sólo islas

ahora somos urgentes archipiélagos.

Tampoco eso es el imperialismo.

Y digamos por último

que tenemos la noche y nuestra casa

y un reloj que no cuenta hacia la muerte

la ciencia avanza tanto que ha logrado

aislar el virus de la xenofobia

y la patria es ahora un salado bautismo

que va de mar a mar

y los abismos siguen existiendo

aunque nadie se arroje a su silencio.

Siempre es duro vivir pero se vive

dentro de las esclusas de la vida.

Y una vez más afirmo

nada de esto es el imperialismo.

Confío no haber sido demasiado sectario

en el enfoque teórico del tema.

Señoras y señores

acaba de avisarme un compañero

que afuera nos esperan los señores gendarmes

tal vez para brindarnos alguna clase práctica.

Deseémonos coraje

y buena suerte.

He dicho.

Muchas gracias.

Mario Benedetti

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Poema - Viceversa

Poema - Viceversa

Tengo miedo de verte,

necesidad de verte,

esperanza de verte,

desazones de verte.

Tengo ganas de hallarte,

preocupación de hallarte,

certidumbre de hallarte,

pobres dudas de hallarte.

Tengo urgencia de oírte,

alegría de oírte,

buena suerte de oírte

y temores de oírte.

O sea,

resumiendo,

estoy jodido y radiante,

quizá más lo primero que lo segundo

y también viceversa.

Mario Benedetti

Poema recitado por el autor

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Poema - "La última costa"

Los días pasan

como pasan siempre los días,

sin grandes sobresaltos,

con esa rara mezcla de lentitud y vértigo.

Hasta ese en que ves aparecer al otro lado

—allí, entre la niebla, aún lejos—

una proa apuntando hacia tu orilla.

Y es justo entonces

cuando —absuelto

de todos tus errores, perdonado,

en calma al fin, sereno, en paz—

empiezas a reconciliarte con la vida.

Pero la proa no deja de avanzar.

Karmelo C. Iribarren, “El escenario”

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Poema - El futuro

El futuro es vuestro,

chavales,

decían, 

como quien te dice 

que te ha tocado algo.

¡El futuro!

Menudo fraude:

letras y letras,

y más letras de Banco,

o la puta calle.

Karmelo C. Iribarren

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A una Rosa, Gongora

Ayer naciste, y morirás mañana.

Para tan breve ser, ¿quién te dio vida?

¿Para vivir tan poco estás lucida?

Y, ¿para no ser nada estás lozana?

Si te engañó su hermosura vana,

bien presto la verás desvanecida,

porque en tu hermosura está escondida

la ocasión de morir muerte temprana.

Cuando te corte la robusta mano,

ley de la agricultura permitida,

grosero aliento acabará tu suerte.

No salgas, que te aguarda algún tirano;

dilata tu nacer para la vida,

que anticipas tu ser para tu muerte.

Ya besando unas manos cristalinas,

ya anudándose a un blanco y liso cuello,

ya esparciendo por él aquel cabello

que Amor sacó entre el oro de sus minas,

ya quebrando en aquellas perlas finas

palabras dulces mil sin merecello,

ya cogiendo de cada labio bello

purpúreas rosas sin temor de espinas,

estaba, oh, claro sol invidïoso,

cuando tu luz, hiriéndome los ojos,

mató mi gloria y acabó mi suerte.

Si el cielo ya no es menos poderoso,

porque no den los suyos más enojos,

rayos, como a tu hijo, te den muerte.

10 A un olmo seco, de Antonio Machado

Al olmo viejo, hendido por el rayo

y en su mitad podrido,

con las lluvias de abril y el sol de mayo

algunas hojas verdes le han salido.

¡El olmo centenario en la colina

que lame el Duero! Un musgo amarillento

le mancha la corteza blanquecina

al tronco carcomido y polvoriento.

No será, cual los álamos cantores

que guardan el camino y la ribera,

habitado de pardos ruiseñores.

Ejército de hormigas en hilera

va trepando por él, y en sus entrañas

urden sus telas grises las arañas.

Antes que te derribe, olmo del Duero,

con su hacha el leñador, y el carpintero

te convierta en melena de campana,

lanza de carro o yugo de carreta;

antes que rojo en el hogar, mañana,

ardas de alguna mísera caseta,

al borde de un camino;

antes que te descuaje un torbellino

y tronche el soplo de las sierras blancas;

antes que el río hasta la mar te empuje

por valles y barrancas,

olmo, quiero anotar en mi cartera

la gracia de tu rama verdecida.

Mi corazón espera

también, hacia la luz y hacia la vida,

otro milagro de la primavera.

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Poema - Currículum

Currículum

 El cuento es muy sencillo,

usted nace,

contempla atribulado

el rojo azul del cielo,

el pájaro que emigra,

el torpe escarabajo

que su zapato aplastará

valiente.

 

Usted sufre,

reclama por comida

y por costumbre,

por obligación,

llora limpio de culpas,

extenuado,

hasta que el sueño lo descalifica.

 

Usted ama,

se transfigura y ama

por una eternidad tan provisoria

que hasta el orgullo se le vuelve tierno

y el corazón profético,

se convierte en escombros.

 

Usted aprende

y usa lo aprendido,

para volverse lentamente sabio,

para saber que al fin el mundo es esto,

en su mejor momento una nostalgia,

en su peor momento un desamparo,

y siempre, siempre

un lío,

entonces,

usted muere.

Mario Benedetti

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Poema - "El remordimiento"

He cometido el peor de los pecados

que un hombre puede cometer.

No he sido feliz.

Que los glaciares del olvido

me arrastren y me pierdan, despiadados.

Mis padres me engendraron para el juego

arriesgado y hermoso de la vida,

para la tierra, el agua, el aire, el fuego.

Los defraudé.

No fui feliz.

Cumplida no fue su joven voluntad.

Mi mente se aplicó a las simétricas porfías

del arte, que entreteje naderías.

Me legaron valor.

No fui valiente.

No me abandona. Siempre está a mi lado

la sombra de haber sido un desdichado.

Jorge Luis Borges

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Jatetu jaiku

Espejo quebrado,

reflejos de ego y

sombras que ahogan.

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Poema - "Teoría de conjuntos"

Poema - "Teoría de conjuntos"

Cada cuerpo tiene

su armonía y

su desarmonía.

En algunos casos,

la suma de armonías

puede ser casi

empalagosa.

En otros,

el conjunto

de desarmonías,

produce algo mejor

que la belleza.

Mario Benedetti



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Poema: Hoy encuentro, temblando ya y vacía...

Hoy encuentro, temblando ya y vacía,

la casa que los dos desperdiciamos

y el vago sueño del que despertamos

sin habernos dormido todavía.

Acordarse del agua en la sequía

no hace brotar ni florecer los ramos.

¿Dónde estás, dónde estoy y dónde estamos?

¿Qué fue del mundo cuando amanecía?

Hoy me pasa el amor de parte a parte.

Temo encontrarte y no reconocerte.

Temo extender la mano y no tocarte.

Temo girar los ojos y no verte.

Temo gritar tu nombre y no nombrarte...

Temo estar caminando por la muerte.

Antonio Gala

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Poema - "Nota sobre la construcción de las masas"

Poema - "Nota sobre la construcción de las masas"

Alguna gente es joven y nada más,

alguna gente es vieja y nada más.

Y alguna gente está en el medio,

sólo en el medio.

Y si las moscas usaran ropa

y todos los edificios ardieran en

fuego dorado,

si el cielo se sacudiera como

en la danza del vientre

y todas las bombas atómicas empezaran a

gritar,

alguna gente sería joven y nada más

y alguna gente sería vieja y nada más,

y el resto sería lo mismo,

el resto sería lo mismo.

Los pocos diferentes

son eliminados bastante rápido,

por la policía, por sus madres,

sus hermanos,

y otros,

por sí mismos.

Lo que queda es lo que ves,

es duro.

Charles Bukowski

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Fragmento de "Llamo a la juventud."

(...)

Bajo una zarpa de lluvia,

y un racimo de relente,

y un ejército de sol,

campan los cuerpos rebeldes

de los españoles dignos

que al yugo no se someten,

y la claridad los sigue,

y los robles los refieren.

Entre graves camilleros

hay heridos que se mueren

con el rostro rodeado

de tan diáfanos ponientes,

que son auroras sembradas

alrededor de sus sienes.

Parecen plata dormida

y oro en reposo parecen.

Llegaron a las trincheras

y dijeron firmemente:

¡Aquí echaremos raíces

antes que nadie nos eche!

Y la muerte se sintió

orgullosa de tenerles.

(...)

"Llamo a la juventud" de Miguel Hernández.

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La pregunta más difícil del mundo

Si el Cielo no tuviera

a veces su maldades.

si dios no se enojara,

si no existiera el Hades,

si no fuesen cofrades

San Pedro y Satanás

de un mismo cementerio...

¿Qué mísero misterio

tendría la existencia?

Si sólo la obediencia

nos fuera permitida,

si no hubiera ascensiones

por miedo a la caída...

Si sólo la campana

perdida de una iglesia

sirviera de anestesia

para este gran dolor

que tanto nos tortura...

¿De que valdría el amor

faltando la locura?

.

.

Feindesland, 2007.

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Poema - "Qué extraño mecanismo el de la vida"

Cuántas historias a punto de pasar

que pasaron de largo

que fuese esta posible.

Qué extraño mecanismo el de la vida.

Y el cielo, con esos vientos grises

que se llevan la lluvia a otros paisajes

o ese sol de justicia

que achicharra los campos,

qué indiferente a todo.

Da vértigo pensarlo.

Pensar

que todo pudo suceder de otra manera,

que tú, perfectamente

podrías ahora no estar a mi lado.

Karmelo C. Iribarren, “El escenario”

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Poema - "No sé por qué me quejo"

Poema - "No sé por qué me quejo"

No sé por qué me quejo porque al fin estoy sola.

Y el placer de tirar la ceniza en el suelo,

sin que nadie te riña,

y untar pan en la salsa

y beberse los posos,

y limpiarse la boca con el dorso de la mano,

cantar al vagabundo porque al fin fue valiente,

ir matando los besos como si fueran piojos,

beber blanco,

pronunciar ciertas frases,

decir ciertas palabras,

exponerte a que un día te borren de la nómina...

No debiera estar seria

pues vivo como quiero,

sólo que a veces tengo

un leve sarpullido.

Gloria Fuertes

Biografía



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Poema - "Los mejores de la raza"

No hay nada que discutir, 

no hay nada que recordar, 

no hay nada que olvidar, 

es triste y no es triste, 

parece que,

la cosa más sensata 

que una persona puede hacer, 

es estar sentada 

con una copa en la mano. 

Charles Bukowski

Biografía

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Poema - "Evanescencia"

Al despertar

de la siesta

-todavía un instante-,

la sensación de haber soñado

que un mundo mejor,

más habitable,

más humano,

era posible.

Pero fue abrir los ojos

y olvidar los detalles.

Karmelo C. Iribarren

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Poema - "Café de ausencias"

De vez en cuando,

serás mi café de ausencias,

tú y tu voz de mil tierras,

el recuerdo al que recurra

para herir de nostalgia mi noche,

para no conciliar el sueño.

Juan Ortiz

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Poema de amor ( Oliverio Girondo)

Se miran, se presienten, se desean,

se acarician, se besan, se desnudan,

se respiran, se acuestan, se olfatean,

se penetran, se chupan, se demudan,

se adormecen, se despiertan, se iluminan,

se codician, se palpan, se fascinan,

se mastican, se gustan, se babean,

se confunden, se acoplan, se disgregan,

se aletargan, fallecen, se reintegran,

se distienden, se enarcan, se menean,

e retuercen, se estiran, se caldean,

se estrangulan, se aprietan se estremecen,

se tantean, se juntan, desfallecen,

se repelen, se enervan, se apetecen,

se acometen, se enlazan, se entrechocan,

se agazapan, se apresan, se dislocan,

se perforan, se incrustan, se acribillan,

se remachan, se injertan, se atornillan,

se desmayan, reviven, resplandecen,

se contemplan, se inflaman, se enloquecen,

se derriten, se sueldan, se calcinan,

se desgarran, se muerden, se asesinan,

resucitan, se buscan, se refriegan,

se rehuyen, se evaden, y se entregan.

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El miedo y el mono (William Burroughs)

El miedo y el mono (William Burroughs)

Turgente picazón y el perfume de la muerte

En el susurrante viento del sur

Un aroma de abismo y vacío

El Oscuro Ángel de los vagabundos aúlla a través del apartamento

Con enfermo aroma dormido

El sueño de la mañana de un mono perdido

Nacido y silenciado bajo viejos caprichos

Con pétalos de rosa en frascos cerrados

El miedo y el mono

El sabor amargo de la verde fruta del amanecer

El lechoso aire condimentado con vientos alisios

Carne blanca mostraba

Sus jeans eran tan viejos

Sombras de piernas junto al mar

Luz de la mañana

En el cielo la luz de una pequeña tienda

En el olor a vino barato en el barrio de los marineros

En la fuente sollozando en los patios de la policía

En la estatua de piedra enmohecida

En el pequeño niño silbando a los perros callejeros.

Vagabundos se aferran a sus casas desvanecidas

El pálido silbato de un tren perdido y amortiguado

En el nocturno apartamento el sabor del agua

Luz de la mañana sobre la carne lechosa

Turgente picazón de mano de fantasma

Triste como la muerte de los monos

Tu padre una estrella fugaz

Hueso de cristal en el aire

Cielo nocturno

Dispersión y vacío.

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Ella (Oliverio Girondo)

Ella

Es una intensísima corriente

un relámpago ser de lecho

una dona mórbida ola

un reflujo zumbo de anestesia

una rompiente ente florescente

una voraz contráctil prensil corola entreabierta

y su rocío afrodisíaco

y su carnalesencia

natal

letal

alveolo beodo de violo

es la sed de ella ella y sus vertientes lentas entremuertes que

estrellan y disgregan

aunque Dios sea su vientre

pero también es la crisálida de una inalada larva de la nada

una libélula de médula

una oruga lúbrica desnuda sólo nutrida de frote

un chupochupo súcubo molusco

que gota a gota agota boca a boca

la mucho mucho gozo

la muy total sofoco

la toda ¡shock! tras ¡shock!

la íntegra colapso

es un hermoso síncope con foso

un ¡cross! de amor pantera al plexo trópico

un ¡knock out! técnico dichoso

si no un compuesto terrestre de líbido edén infierno

el sedimento aglutinante de un precipitado de labios

el obsesivo residuo de una solución insoluble

un mecanismo radioanímico

un terno bípedo bullente

un ¡robot! hembra electroerótico con su emisora de delirio

y espasmos lírico-dramáticos

aunque tal vez sea un espejismo

un paradigma

un eromito

una apariencia de la ausencia

una entelequia inexistente

las trenzas náyades de Ofelia

o sólo un trozo ultraporoso de realidad indubitable

una despótica materia

el paraíso hecho carne

una perdiz a la crema.

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Barro rojo y nardos de cristal

Llamas en mis palabras

para cuando los dolores de alegría

impulsaban corazones y olores

atenazados y clavados

en corolas que parecen flores.

Instintos de luces ardiendo

en inquietos deseos infinitos

de ojos amargos,

de tierras masticadas,

de sombras de lapislázuli,

de nieblas polisémicas.

Mientras, jugamos con barro rojo y nardos de cristal.

(ContinuumST - 2011)

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Poema - "Momentos que no tienen precio"

Llegar al fin

hasta la puerta de tu casa,

entrar,

echar todas las cerraduras,

y, como quien saborea

el sabor de la venganza,

decirlo:

“ahí os quedáis,

hijosdeputa”.

Karmelo C. Iribarren

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