Investigadores de la Universidad de Oklahoma han logrado magnetizar puntos cuánticos mediante el uso de manganeso, un hallazgo que permite generar una luz naranja más eficiente y barata con prometedoras aplicaciones en medicina y computación cuántica. En concreto, la clave del éxito reside en un proceso de ingeniería química de altísima precisión sobre nanopartículas de bromuro de plomo y cesio. Los científicos han conseguido sustituir cerca del 40% de los átomos de plomo por iones de manganeso.