La historia de las «mujeres de confort» de Japón sigue siendo uno de los ejemplos más dolorosos y mejor documentados de explotación en tiempos de guerra de la historia moderna. Entre 1932 y 1945, el Gobierno imperial japonés creó y supervisó un vasto sistema de esclavitud sexual que se extendió por gran parte de Asia y el Pacífico. El término «mujeres de confort», introducido por el ejército japonés, era intencionadamente eufemístico y ha sido criticado durante mucho tiempo por los estudiosos por restar importancia a los crímenes cometidos.