“Cualquiera que diga dónde va a estar dentro de diez años es un idiota. El mundo cambia... Así que realmente hay que adaptarse a los cambios, y es malo predecir con demasiada antelación dónde vas a estar”. Las palabras de Trump, que estaba en el apogeo de su carrera como magnate inmobiliario, pretendían ser un consejo para hacer negocios. Sin embargo, décadas más tarde, sirven como comentario involuntario sobre una de las transformaciones políticas más impredecibles de la vida moderna estadounidense.