En los primeros años del transplante de hígado, salvar pacientes con una enfermedad hepática alcohólica fue considerado por lo general un uso inapropiado de un recurso tan limitado. Sin embargo ahora que la práctica está siendo respaldada por datos que muestran que los resultados de dichos transplantes son tan buenos o mejores que los resultados de otros diagnósticos la política ha cambiado.
No se transplanta a alcohólicos que no hayan pasado varios meses en abstinencia objetivamente, porque normalmente el abandono del alcohol mejora la función hepática lo suficiente como para hacer innecesario el transplante.
Transplantarle un hígado a un alcoholico es como darle a un fumador un par de pulmones nuevos.
Se han cargado por méritos propios los suyos, los miembros de donantes no son suficientes para todos y encima se creen con derecho de merecerselo antes de otros enfermos para destrozarlos de la misma forma.
Que se vayan a EEUU y los compren, que allí tienen libre mercado.
WTF! Los transplantes se negaban porque los alcohólicos iban a seguir maltratando su hígado, no porque no fueran a ser exitosos (la operación, se entiende).
¿Y si el receptor fuera una madre de tres hijos? -> ¿Y si el otro candidato fuera una madre de tres hijos no alcohólica?
¿Y si el receptor fuera un estudiante universitario de 26 años que no sabía el daño que estaba haciéndole a su hígado? -> Joder, universitario de 26 y ni puta idea de lo que es la cirrosis hepática, cuando mi madre con la EGB sí que lo sabe (aunque solo sea por ver la tele).
Si hay hígados de sobra, que se están echando a perder, pues bueno, ¿por qué no? Pero el problema es que nunca hay suficientes, y en ese caso tiene sentido dar preferencia a unos sobre otros.
¿Engañosa ética? Discutible sí, pero engañosa no.
Otra cuestión es que se de preferencia a los enfermos de hepatitis C sobre los alcohólicos, sabiendo que los de hepatitis C van a volver a necesitar otro hígado con el tiempo sí o sí porque seguirán siendo enfermos.
Al final es una putada (para los alcohólicos) pero la sociedad da preferencias a los enfermos no voluntarios sobre los adictos, por la percepción de que la adicción es algo "elegido", en el sentido de que un alcohólico no se hace de la noche a la mañana ni porque te hagan una transfusión.
Comentarios
No se transplanta a alcohólicos que no hayan pasado varios meses en abstinencia objetivamente, porque normalmente el abandono del alcohol mejora la función hepática lo suficiente como para hacer innecesario el transplante.
A meneantes se les ha negado la idoneidad para recibir trasplantes "porque los meneantes no viven la vida".
Transplantarle un hígado a un alcoholico es como darle a un fumador un par de pulmones nuevos.
Se han cargado por méritos propios los suyos, los miembros de donantes no son suficientes para todos y encima se creen con derecho de merecerselo antes de otros enfermos para destrozarlos de la misma forma.
Que se vayan a EEUU y los compren, que allí tienen libre mercado.
Hermanos!!!!! A beber como marranos!!!
Que si alguien se pasa le podrán poner un hígado!!!
WTF! Los transplantes se negaban porque los alcohólicos iban a seguir maltratando su hígado, no porque no fueran a ser exitosos (la operación, se entiende).
¿Y si el receptor fuera una madre de tres hijos? -> ¿Y si el otro candidato fuera una madre de tres hijos no alcohólica?
¿Y si el receptor fuera un estudiante universitario de 26 años que no sabía el daño que estaba haciéndole a su hígado? -> Joder, universitario de 26 y ni puta idea de lo que es la cirrosis hepática, cuando mi madre con la EGB sí que lo sabe (aunque solo sea por ver la tele).
Si hay hígados de sobra, que se están echando a perder, pues bueno, ¿por qué no? Pero el problema es que nunca hay suficientes, y en ese caso tiene sentido dar preferencia a unos sobre otros.
¿Engañosa ética? Discutible sí, pero engañosa no.
Otra cuestión es que se de preferencia a los enfermos de hepatitis C sobre los alcohólicos, sabiendo que los de hepatitis C van a volver a necesitar otro hígado con el tiempo sí o sí porque seguirán siendo enfermos.
Al final es una putada (para los alcohólicos) pero la sociedad da preferencias a los enfermos no voluntarios sobre los adictos, por la percepción de que la adicción es algo "elegido", en el sentido de que un alcohólico no se hace de la noche a la mañana ni porque te hagan una transfusión.