Hace 6 años | Por --173287-- a libremercado.com
Publicado hace 6 años por --173287-- a libremercado.com

Ante la creciente desconfianza popular hacia la gestión política de un asunto tan importante como el de las pensiones, muchos se preguntan por una posible alternativa basada en el ahorro personal. Este artículo se plantea con la idea de cuantificar los resultados que se pueden tener capitalizando dicho ahorro de forma inteligente.

Comentarios

D

Claro, el empleador está deseando dejar de pagar la parte obligatoria de la SS para dársela al empleado.

Por supuesto ¡a tipo fijo!

D

#2 Al empleador le vá a dar igual.... o no.

En este momento, mis empleados NO SABEN lo que realmente me cuestan. Creen, algunos, que les pago menos de lo que merecen porque no saben que a mayores de lo que se llevan, he de pagarle un 30% más al estado. Un dinero que NO ven, ni saben que se paga. Pero sale directamente de mi beneficio a las arcas del estado.

Ahora, en algunos casos, cuando un empleado se queja del sueldo, me echa la culpa a mí. Cuando no soy yo el que le está robando su 30%, sino la hidra estatal.

Si, preferiría pagarle ese dinero al empleado (al fin y al cabo es suyo!) y que sea el empleado el que decida lo que hacer con él, si regalárselo a Montoro para que siga rescatando autopistas, o meterlo en un fondo a plazo fijo para su jubilación.

Ahora, con este sistema, el cabrón soy yo, pero el que se lleva la pasta es otro. Así que aunque económicamente el resultado sea el mismo, con un sistema liberal cada uno sabe realmente quien le está quitando el dinero

D

#3

La hidra estatal .... pues hay sitios donde no tienes ese problema. Libia, por ejemplo.

D

#4 X"DDDDDDDDDDDDDDd

Libia. Demasiado obvia respuesta para desacreditar el libertarismo. Es la que siempre sale y ya ni me molesto en rebatirla. ¿podrías intentarlo de nuevo con algo con más "enjundia"?

D

Como mensaje adicional, en el caso de los autónomos debería ser totalmente opcional, de forma que sea el propio autónomo (ya que ha elegido una via de autosuficiencia alejada de nóminas y paguicas estatales) el que decida quien será el que le cubra la pensión y la sanidad, dos de los beneficios que (supuestamente) están cubiertos con la inefable y confiscatoria "cuota de autónomos", pudiendo ser con un seguro plan de pensiones o con una bolsa de inversión a largo plazo y un seguro médico a la carta.

Para un autónomo, la flexibilidad de disponer de un dinero que está fuera del corrupto control estatal es una ventaja adicional a una capitalización ya razonable; el hecho de que una entidad financiera privada no pone usureras multas por haberse pasado 5 minutos en el plazo de pago o la simple flexibilidad al elegir en cada momento la cuota a pagar (en un plan de pensiones; monto anual en el caso de un fondo de inversión) o su ausencia, debería ser motivo más que suficiente como para que los autónomos forzasen una legislación especial para ellos (que podría ser aprovechada por el resto de ciudadanos que valoren su libertad, por supuesto)