Hace 3 años | Por Izaga a sciencemag.org
Publicado hace 3 años por Izaga a sciencemag.org

Los encuentros dolorosos con las hormigas no provienen de su picadura; son sus aguijones que transmiten veneno. Un investigador lo ha grabado de cerca. Los aguijones de las hormigas son más delgados que el ancho de un cabello humano. Después de morder a su objetivo para asegurarse, los insectos balancean su abdomen hacia adelante para colocar sus aguijones en su lugar. No todas las especies tienen aguijones (algo de ácido tóxico en aerosol), pero la característica, transmitida de un ancestro de avispa antiguo, es muy frecuente.

Comentarios

arturios

No sólo clavan el aguijón e inyectan el veneno, sino que con dos pelillos adjuntos van regodeándose, que encanto de bichos...