Spolia opima se traduce literalmente como ricos botines (opimus spolium en singular), si bien, como decimos, se obtenía en un duelo personal entre dos combatientes. Algo que no era muy habitual porque, al fin y al cabo, el ejército romano era tan poderoso que normalmente resultaba absurdo jugarse la victoria en un desafío de ese tipo. Por eso únicamente constan tres casos documentados en su historia, al menos en los que el protagonista fuera un militar de alta graduación.
Comentarios
Vaya spoiler óptimo, decir cuantas veces se otorgó en el título del meneo...
#1 Estamos tan acostumbrados al clickbait...
#1 uuuuuuuuuuffff
— Madre, no me gustan las naranjas.
— Ni a mí, Julio César Augusto, pero llevan vitamina 100 y vitamina 500.
#6
#9 Solución: Números romanos
#10
Normal que se diese pocas veces en unos ejércitos donde la disciplina y el combate en formación eran absolutos
https://es.wikipedia.org/wiki/Tito_Manlio_Imperioso_Torcuato
La severidad de Manlio Torcuato
En su tercer consulado Torcuato y su colega ganaron una gran victoria sobre los latinos, a los pies del Vesubio, batalla que estableció para siempre la supremacía de Roma en el Lacio. En esta batalla, llamada Batalla del Vesubio, Manlio fue capaz de aplastar a los aliados latinos y perseguirlos hasta Campania, luego del sacrificio de Publio Decio Mus. El nombre de Torcuato se hizo famoso en esta guerra a causa de la ejecución de su hijo. Poco antes de la batalla, cuando los dos ejércitos estaban acampados frente a otros, los cónsules hicieron el anuncio de que ningún romano debía entrar en combate singular bajo pena de muerte. A pesar de esta proclamación, el joven Manlio, hijo del cónsul, provocado por los insultos de un noble de Tusculano de nombre de Mettius Geminius, aceptó el desafío, mató a su adversario, y llevó el botín de sangre en triunfo a su padre. La muerte fue su recompensa. El cónsul no pasó por alto esta infracción de la disciplina, y el infortunado joven fue ejecutado por un lictor en presencia del ejército reunido. Esta acción hizo a Torcuato un objeto de odio entre los jóvenes romanos, mientras vivió y el recuerdo de su severidad se ha conservado en edades posteriores bajo la expresión de la Manliana imperia.
Lo que no pone es cuantos murieron intentarlo conseguirlo. Si los generales se "mataban" por un triunfo y este título tenia un mayor prestigio...
#3 Es posible que varios, pero no tantos. Escipión y Paulo introdujeron el estilo de comandancia griega (aunque suavizada por la tradicional agresividad romana) y que luego fue perfeccionado por César, que implica que el general esté relativamente próximo a primera línea, pero no tanto; y en pocas ocasiones el comandante se ponía a pelear (sobre todo en situaciones desesperadas para animar a las tropas o avergonzarlas).
En tiempo de las guerras púnicas los aristócratas que lideraban casi siempre las tropas seguían estando muy interesadas en la guerra, así que tenían que ser enormemente agresivos para destacar. Escipión Numantino, por ejemplo, tiene un largo historial de combates cuerpo a cuerpo o duelos contra hispanos y macedonios.
En época de César y de ahí en adelante, la agresividad pasó a bajar un peldaño y a ser una característica de los centuriones (a finales de la República y principios del imperio su porcentaje de mortalidad era enorme), dado que las clases pudientes y aristocráticas, con los lujos y comodidades, dejaron de estar tan tan interesados en la guerra. Tenían que ir igualmente para el cursus honorum, pero eran puestos de comandancia bastante seguros o sin poder real (tribunos angusticlavios).
El tema es que los duelos en combate eran propios de tiempos arcaicos y previos. Los vemos en la famosa Ilíada, que aunque totalmente novelada nos deja rastros de cierta forma de hacer la guerra entre las élites. En la edad media española volvemos a verlo. También es algo que se siguió dando entre los pueblos germánicos. Pero ya en época clásica tanto griegos como romanos volcaron toda su táctica en la formación de combate cerrada y disciplinada. Adelantarse o salirse de la formación ponían en peligro a todos y era algo que estaba penado con la muerte. Salvo que fuera algo pactado y previo al combate se puso fin a los duelos entre caudillos. Aunque luego siempre tenemos casos especiales como el de Horacio Cocles.