El año pasado, unos biólogos marinos noruegos descubrieron que sus poblaciones de arenque habían olvidado sus antiguas rutas migratorias. Como consecuencia de la desaparición de los peces más experimentados debido a la sobrepesca, los arenques jóvenes idearon nuevos caminos que los llevaban a aguas más frías e inhóspitas. En solo una generación desaparecieron siglos de sabiduría acumulada. Actualmente, en el trabajo basado en el conocimiento, la dinámica es la misma.