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#1:
Calvino era mucho peor que la Inquisición. Ese impresentable se habría llevado bien con Al Zarqaui, o al menos compartirían su criterio sobre los medios que se deben emplear para imponer la fe verdadera. Un ejemplo de lo extremo de los postulados de Calvino es que tenía agentes que iban junto al lago de Ginebra (tradicional lugar de picnic) y cataban la comida de la gente. Si estaba rica en demasía, arresto por pecado de gula.
De los grandes exponentes de la Reforma Protestante, el único con el que simpatizo es con Melanchton, hombre increíblemente inteligente y amante de la comedia.
De los grandes exponentes de la Reforma Protestante, el único con el que simpatizo es con Melanchton, hombre increíblemente inteligente y amante de la comedia.
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Calvino era mucho peor que la Inquisición. Ese impresentable se habría llevado bien con Al Zarqaui, o al menos compartirían su criterio sobre los medios que se deben emplear para imponer la fe verdadera. Un ejemplo de lo extremo de los postulados de Calvino es que tenía agentes que iban junto al lago de Ginebra (tradicional lugar de picnic) y cataban la comida de la gente. Si estaba rica en demasía, arresto por pecado de gula.
De los grandes exponentes de la Reforma Protestante, el único con el que simpatizo es con Melanchton, hombre increíblemente inteligente y amante de la comedia.
#1 Y Calvino tiene un monumento dedicado en Ginebra. No quiero imaginar que pasaría si en España hubiera algo similar con Tomás de Torquemada.
#4
https://es.wikipedia.org/wiki/Fernando_de_Vald%C3%A9s_y_Salas
Fernando de Valdés y Salas (Salas, Asturias, 1483 - Madrid, 9 de diciembre de 1568), fue un poderoso político y eclesiástico español, muy influyente durante el siglo XVI. Inquisidor general y presidente del Consejo Real de Castilla.
En Oviedo la tienes, en el patio de la facultad de derecho.
#2 Lo de la circulación de la sangre está incluido en su volumen sobre la Trinidad considerado herético por Calvino.
#4 O a Valdés Salas. Sólo que Valdés sí que tiene un monumento porque al menos hizo una buena obra en su vida: fundar la universidad de Oviedo.
#5 Me has leído el pensamiento.
Así que lo quemaron por asuntos internos de quítame de aquí estas trinidades, no por lo de la circulación de la sangre...
Ya veo...
#2
Ojo, que si no le quema Calvino, le queman los católicos.
El chico tenía una capacidad para hacer amigos envidiable.
#7 Y si los papistas cazan a Calvino...
#10
O Calvino al Papa ....
Eran muy de barbacoa por aquellos tiempos.
Ojo, que Servet también tiene su juego en la actualidad, que los nacionalistas catalanes, en su afán de crear una fantasía colectiva atrayente, se lo han atribuido como catalán. España para contrarrestar debería atribuirse a Einstein
Es que a quién se le ocurre comentar que o te crees lo que dicen los evangelios o te crees que Yisus era Dios y Dios es Yisus, pero que afirmar creer en ambas cosas a la vez no tiene puto sentido...
Sobre Philip Melanchton, voy a apuntar el plan de estudios de lenguas clásicas que le dio a Francisco de Enzinas, discípulo y querido amigo suyo, que me parece particularmente bien hecho.
Dos veces por semana debes dedicar una hora al estudio de la teología, así como una segunda hora, de tal manera que leas tú mismo en casa, con algún comentario, la carta a los Romanos, y luego el Génesis o bien Isaías. Todo el tiempo restante podrá dedicarse, parte a asistir a las clases que sean de tu agrado, y parte a leer a autores griegos o latinos. Después, mi consejo sobre la lectura de textos latinos en casa es el siguiente: que en casa, cada semana, dediques una hora un día, y además otra, a Cicerón, de modo que, cuidadosamente repartidas, unas veces leas cartas y otras algún discurso. Además, un día dedicarás una hora o dos a Livio, no sólo por la historia, sino también por la elocuencia. El miércoles y el sábado los debes dedicar a la lengua griega; y lee en casa las Vidas de Plutarco, al mismo tiempo traduce tú personalmente algo de Luciano. Debes hacer también estos ejercicios para la lengua: una lectura diaria del Nuevo Testamento y también de las Éticas de Aristóteles. Y no debe mantenerse de modo escrupuloso este programa sino, como dicen los juristas, en general. Entretanto, también hay que leer otras cosas, ya recientes, ya antiguas, bien para distraer la mente, bien para formar el criterio. Quisiera que también les prestara alguna atención a los poetas y que se escribiera alguna que otra vez versos, pues la lectura de los poetas favorece mucho, también a los que van a escribir en prosa con cierta elegancia.