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Entrevista al periodista Xavier Vinader. Aprovechando que hoy se estrena en Sin Ficción el documental Xavier Vinader, periodista. Contra la guerra sucia, liberamos en la web la entrevista al periodista que publicamos septiembre 2014 a la edición en papel de la Directa. Entrevista en la TRADUCCIÓN: #1

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TRADUCCIÓN: #1


Las actividades de los elementos de la extrema derecha "son controladas de alguna manera por los Servicios de esta Jefatura Superior". Lo reconocía un documento de la Dirección General de Seguridad (DGS) del año 1977. En ese año, se había perpetrado la matanza de Atocha, el asesinato del estudiante Arturo Ruiz o el atentado contra la revista El Papus . Precisamente, durante los tiempos convulsos del tardofranquismo y la transición, antes de que trascendiera el documento de la DGS, el periodista Xavier Vinader se volcó a desenmascarar la ultraderecha y sus vínculos con las fuerzas de seguridad.

Se infiltró en Fuerza Nueva durante un año y, en ese período, llegó a reunirse con el líder del partido fascista Movimiento Social Italiano (MSI), Giorgio Almirante. Como consecuencia de su trabajo, se convirtió en uno de los objetivos de estos grupos: sufrió dos atentados y un intento de secuestro. En 1979, Vinader publicó tres reportajes centrados en la guerra sucia en el País Vasco, que lo llevaron al exilio ya la cárcel. ETA asesinó a dos de los ultraderechistas que se mencionaban en uno de los reportajes (Jesús García y Alfredo Ramos) y Vinader fue condenado a siete años de prisión por "imprudencia temeraria profesional".

Después de pasar más de tres años en el exilio, ingresó en Carabanchel, hasta que, un mes y medio más tarde, consiguió el indulto. El domicilio de Vinader es una inmensa librería que, en buena parte, repasa la historia de la extrema derecha, el terrorismo, la inteligencia militar y el crimen organizado. Alrededor de 15.000 relatos llenan las estanterías de quien fue pionero del periodismo de investigación en nuestro país. Conversar con él es sumergirse en un modo de informar rigurosa, valiente y comprometida y acercarse a las alcantarillas de la transición española.

El terrorismo de extrema derecha, las redes europeas, la guerra sucia que se produjo en el País Vasco, los cuerpos de seguridad y los servicios de inteligencia ... Fue en los años 70, cuando nació el periodismo de investigación en nuestro país?

Éramos contados, los que hacíamos; fuimos su pioneros. De hecho, esta tarea no tiene tradición a lo largo de nuestra historia y, además, el que había se terminó con la Guerra Civil. Empezaron 40 años de sequía y nos tocó inventarnos-el de raíz. Ahora bien, teníamos una cierta ventaja: la mayoría veníamos de las escuelas de periodismo y también de la escuela de la clandestinidad. Aplicamos las enseñanzas de esta última en la praxis periodística. Sabíamos perfectamente como meter la nariz en todas partes, estábamos bien orientados políticamente y teníamos un gran deseo de levantar las alfombras del poder y recuperar la memoria histórica. Nos tocó iniciar el camino con una legislación en construcción. Por un lado, era peligroso porque desconocíamos dónde estaban los límites, pero, por otro lado, era interesante: la línea roja imaginaria no estaba definida y podías forzar. Hablamos de las prisiones, de las torturas en las comisarías o de la historia de los maquis, de la ultraderecha y de sus conexiones con los servicios de seguridad del Estado ... Eran hechos que este país no había escuchado nunca. En la calle, había siete de informaciones de este tipo.

Vosotros lo teníais claro, sin embargo, por qué razones una empresa como Interviú apostaba por un periodismo costoso e incómodo para el poder?

El empresario se quería hacer un hueco en el mercado y vio que esto tenía gancho. Había una redacción joven, lanzada, valiente y políticamente activada: parecía la quinta galería de la Modelo, porque todos habíamos pasado por la cárcel en algún momento o habíamos sido detenidos. Algún venía del Frente Revolucionario Antifascista y Patriota (FRAP), el otro del Partido Comunista Español (PCE), había anarquistas .... Existía un ansia de periodismo político y, satisfaciéndose la, la revista logró colocarse al millón de ejemplares. Para explicar el éxito de Interviú, se ha hablado de la famosa foto de Marisol desnuda en portada; pero éste sólo fue el detonante, porque cada semana destapàvem algo -las cárceles franquistas, las fosas, la matanza de Badajoz-, entrevistàvem algún miembro de ETA o del Grapo ... publicábamos artículos punzantes y empezamos a dar voz a personas que no habían tenido nunca. La gente identificó la revista con una especie de juzgado de guardia de papel a quien contar historias que no contaría a nadie más. Había erotismo, pero también denuncia.

Actualmente, los equipos de investigación son prácticamente inexistentes, pero entonces eran imprescindibles. Como trabajabais?

Éramos un grupo de francotiradores que nos poníamos de acuerdo fácilmente. El peligro de enfrentarnos a un enemigo tan grande y tan importante nos unía. Por ejemplo, compartíamos la información y, así, nos asegurábamos de que, si pasaba cualquier cosa, la investigación no se detendría. No había competencia ni personalismos. Se creó una especie de fraternidad que se ha repetido pocas veces y menos ahora, que el periodismo se ha convertido en una profesión muy individualista. Incluso, si yo tenía que cerrar un reportaje y me quedaban pistas para estirar, las pasaba a otros colegas para que continuaran. No había el ego de mi exclusiva para que lo más importante era que flotara la verdad. Nunca te sentías solo; éramos conscientes de lo que teníamos delante y lo importante era desmontar aquel inmenso aparato, al que sólo le habían hecho un lifting. Eran la misma gente que mandaba antes, pero, de repente, se hablaba de vivir en democracia. En ese contexto, nos adentrarnos en el mundo de la extrema derecha y el terrorismo de Estado.

Antes de la muerte de Franco, sin embargo, ya te empiezas a interesar por estos temas ...

A principios de los años 70, se empiezan a exhibir algunos libros en catalán a través de editoriales como Enlace o Cinco de Oros y hay una serie de atentados en Barcelona. Los grupos de ultraderecha colocaron explosivos en algunos escaparates e incendiaron alguna distribuidora. También golpearon curas que dejaban sus parroquias para hacer reuniones clandestinas. Entonces me empecé a interesar por aquel terrorismo de baja intensidad, sin muertos, que sólo aparecía en notas breves en los periódicos. Empecé a poner la nariz entre los aparatos del régimen: la Falange, los requetés (fuerzas de choque del carlistme), la guardia de Franco ... Este mundo desprendía una cierta fascinación porque estaba virgen: eran personas que mandaban, gozaban de una impunidad total y se vanagloriaban. Antes de empezar a escribir, me pasé mucho tiempo documentándome. Leí libros clásicos del fascismo: Primo de Rivera de arriba abajo, Ramiro Ledesma Ramos, Onésimo Redondo, el Mein Kampf ...

El hecho de que no se produjera una ruptura con el régimen franquista, sino una continuidad de los órganos judiciales, policiales y funcionariales dio alas a las acciones violentas?

La extrema derecha estaba en plena operatividad para que actuaba con el paraguas de las fuerzas de seguridad. Estaba cubierto y era impune. Se ocupaba del trabajo sucio, de lo que no podía hacer que llevaba uniforme. De repente, se popularizó la palabra incontrolados, aunque nunca lo fueron: había plena coordinación con los cuerpos de seguridad. La mayoría de investigaciones en este campo las forzamos nosotros desde el periodismo. Competíamos con la policía y eso te obligaba a llegar a los lugares antes que ella. Era un ejercicio peligroso. Piensa que, durante mucho tiempo, la gente del Grupo Zeta no quería salir conmigo de la redacción por temor a que me disparasen o me agreden. La revista recibía amenazas y llegó a contratar una empresa de seguridad israelí para poner detectores de metal en la entrada.

En un momento de máxima intensidad del terrorismo de extrema derecha en el País Vasco, en el año 1979, publicaste tres reportajes que te llevaron al exilio ya la cárcel. ¿Por qué te juzgaron?

En 1979, hacía más de diez años que investigaba este mundo, por eso siempre he subrayado que no me procesaron por aquel hecho concreto, sino por toda una trayectoria. Tenían dos soluciones: eliminar físicamente o empapelar me. Optaron por la segunda opción, que era más fácil, porque ETA asesinó a dos personas mencionadas en uno de los reportajes. Descubrimos toda aquella trama gracias al policía nacional Francisco Ros Frutos, que se acercó a nosotros para explicarnos que la policía utilizaba la ultraderecha en el País Vasco en operaciones encubiertas a un lado y otro de la frontera. Planeaba atentados con el Batallón Vasco Español o la Triple A contra abertzales, simpatizantes abertzales, personas del entorno de ETA ... Basándonos en las informaciones obtenidas, pusimos en marcha un equipo de seguimiento para documentarlas. Frutos se convirtió en un topo, le hicimos fotos con los ultras, en sus lugares de reuniones y de entrenamiento ... Pudimos explicar los proyectos que tenían entre manos, como un atentado contra Telesforo Monzon, que fue líder del PNV durante la república y fundador de Herri Batasuna. ¿Qué hubiera pasado en un país normal? Que el aparato judicial se hubiera puesto en marcha para aclarar las responsabilitatsque se derivasen ...
En el periodismo de investigación que hacíamos en 'Interviú' no había competencia ni personalismos. Se creó una especie de fraternidad que se ha repetido pocas veces y menos ahora, que nuestra se ha convertido en una profesión muy individualista

Se puso en marcha, pero contra el mensajero. Un juez vinculado a Fuerza Nueva os condenó a ti ya Frutos. Cómo afectó el periodismo este procedimiento?

Creo que significó un antes y un después. Hay quien, desde ese momento, decidió tener cuidado. No podemos olvidar que la petición fiscal era de doce años y, finalmente, me cayeron sed, una condena confirmada por Tribunales Supremo y el Constitucional. Mantuvimos un enfrentamiento terrible con el poder judicial, que estaba dispuesto a parar los pies a la prensa. Lo que no ha trascendido, sin embargo, es que Frutos no fue el úni

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Que son compañeros, coño!

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#8 14-15 años. no más.

A esas edades el fascismo lo personifican los munipas que te quitan el porro en el parque.

D

#9 Maaaaaaarchando una de chipirones!!!

Puedo contar por decenas los años que han pasado desde mis 14 años. Ahora, tú por lo que veo te quedaste en la fase anal y como te gustó, ahí que te quedaste. lol

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#12 El PP, PSOE, PNV, CIU, IU, PODEMOS, ....

En el ADN del político Español está grabado el mercantilismo a fuego.

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Tienen un problema si no lo ven como un peligro.

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Obvio, el fascismo es el tonto útil del capitalismo.

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#2 por eso en la época del Caudillo, absolutamente todas las empresas estratégicas de este país estaban en manos del Estado y al servicio del pueblo.Y por eso hasta hace muy pocos años , la electricidad española era la más barata de Europa.Por ejm,por no seguir.

eres un ignorante,pues ignoras que el fascismo es anticapitalista y anticomunista, es la 3º vía

Fascismo ¿y porque no?
Partido Fascista de España

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#4 "El fascismo es anticapitalista".

¡¡¡Ay que me descojono!!! lol

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#6 sé que los hinchas de fondo sur sois analfabetos funcionales, pero nunca pierdo la esperanza:

tomad y leed:
http://es.wikipedia.org/wiki/Econom%C3%ADa_fascista

el fascismo se oponían tanto al socialismo internacional como al capitalismo liberal, pues se argumentaba que sus visiones representaban una «tercera vía». Los fascistas sostenían que proveían una alternativa económica realistas que no era ni el capitalismo laissez-faire ni comunismo.

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#7 Que sí, que lo que tú digas, trollaco.

Partido Antibobos de España lol

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#6 El fascismo aboga por control estatal de cualquier actividad económica. ¿Por qué te crees que se crearon empresas como FIAT o SEAT? En el ADN de todos los totalitarismos está el luchar contra el capitalismo y la libertad de empresa. Sólo puede hacer negocio el estado o como mucho los amigos del estado.

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#11 "Sólo puede hacer negocio el estado o como mucho los amigos del estado."

Exactamente lo que hace el pp.