Hace 4 años | Por --507437-- a elcomercio.es
Publicado hace 4 años por --507437-- a elcomercio.es

Corre el año 1879 y después de su introducción en Madrid de la mano de hosteleros franceses e imitadores de todo lo franchute, las terrazas comienzan su lenta pero inexorable expansión por toda España. Conquistarán primero las urbes mercantiles y con gran tráfico de extranjeros como Bilbao (donde en 1878 el Café Concert recibe autorización «para colocar mesas portátiles en la acera para el despacho y consumo de refrescos») o Barcelona, ciudad en la que en agosto de 1879 la Cervecería de Ambos Mundos pide permiso al ayuntamiento para poner mesas

Comentarios

tiopio

¿No habéis notado que desde que están abiertas los del cencerro han dejado de hacerlo? Ese es el nivel.

m

"Corre el año 1879 y después de su introducción en Madrid de la mano de hosteleros franceses e imitadores de todo lo franchute, las terrazas comienzan su lenta pero inexorable expansión por toda España. Conquistarán primero las urbes mercantiles y con gran tráfico de extranjeros como Bilbao (donde en 1878 el Café Concert recibe autorización «para colocar mesas portátiles en la acera para el despacho y consumo de refrescos"

o sea que en Bilbao estaban antes que en Madrid, pero el articulo da a entender lo contario y si en Bilbao estaban en 1878 en Donostia seguro que ya había, más que nada porque es mucho más "afrancesada"

D

#3 Literalmente, en la entradilla y en tu comentario: "Conquistarán primero las urbes mercantiles y con gran tráfico de extranjeros como Bilbao".

uyquefrio

O cuando se puso espacio público a disposición del beneficio de unos pocos.

D

#1 Eso ocurre con las hamacas en la playa. O lo que sea eso.

uyquefrio

#5 En casos como ese caso aún puede tener sentido. Al fin y al cabo yo nunca he tenido que llevar a un familiar mayor y dependiente al ambulatorio pasando por la playa, pero por aceras invadidas por terrazas si y he podido comprobar de primera mano lo lamentable de la situación así como la cara dura que gastan algunos propietarios y usuarios de bares.
Situación empeorada desde que utilizan la ley antitabaco como excusa para ganar metros de espacio público para su local.