Aunque ahora se pueda llegar a considerar brutalista cualquier edificio grande de hormigón rugoso, cuando apareció esta corriente arquitectónica la apuesta iba mucho más allá: implicaba cierto compromiso con la profesión, un modo concreto de hacer las cosas. Madrid, adonde llegaban las novedades mundiales en torno a la arquitectura a través de las revistas especializadas del momento, no se libró de esta línea constructiva que a nadie pasa desapercibida.
Sinceramente, ni me parece mal gusto ni me parece transgresor.
Fue modernista a su época, al igual que Antonio Palacios en sus edificios.
Denostado después de la guerra Civil y hoy nadie niega su impronta.
Acostumbrado a Iglesias clásicas, esas iglesias modernas
Comentarios
Satán es mi señor.
#1 Y el mío
#1 SEMS!!
Satán es mi señor
Satán es mi señor.
Sinceramente, ni me parece mal gusto ni me parece transgresor.
Fue modernista a su época, al igual que Antonio Palacios en sus edificios.
Denostado después de la guerra Civil y hoy nadie niega su impronta.
Acostumbrado a Iglesias clásicas, esas iglesias modernas