Colón se encuentra a poco menos de un mes de llegar a América, cuando su brújula comienza a hacer cosas raras. La aguja parece cambiar de dirección a lo largo de una misma noche: al anochecer apunta a un sitio, y al amanecer, a otro distinto. Pero es más, unos días más tarde la brújula volvió a cambiar de dirección. ¿Qué estaba pasando? Colón no lo sabía pero acababa de hacer un descubrimiento científico.