Se han cumplido diez años de la masacre de Bataclan. Todos los atentados indiscriminados islamistas son terroríficos, pero este tenía el añadido, al menos para mí, de que el objetivo fue una de las pocas aficiones que tengo: los conciertos. Eso me hizo leer todos los detalles de lo ocurrido, cómo operó la policía, cómo reaccionaron los supervivientes, cómo murieron los que tuvieron la mala suerte de estar en medio. Leer los testimonios era desolador, una auténtica pesadilla hecha realidad. Tanto fue así que en Francia, todavía en 2021, decidier