¿Aceptaría un reparto donde a usted le dieran una golosina y a otra persona cuatro? ¿Y si fuera al revés? Un equipo de científicos se lo ha planteado a más de 1.600 niños de siete países de entre cuatro y quince años, y han encontrado una respuesta negativa unánime ante las desigualdades y el abuso de poder. Algunos incluso protestaban aunque salieran ganando.
No es cosa de niños es cosa de humanos, lo que pasa es que los adultos son educados desde pequeños para interiorizar la injusticia y la interiorizan tanto que llegan a considerar que la injusticia es justa.
Comentarios
Me interesaba más la parte que se callaron, la reacción del que recibe más. Solo hablan de los que no lo aceptan pero y de los que si qué?
No es cosa de niños es cosa de humanos, lo que pasa es que los adultos son educados desde pequeños para interiorizar la injusticia y la interiorizan tanto que llegan a considerar que la injusticia es justa.
#1 O sea que los adultos dejan de rechazar la injusticia.
Es curioso que empieces la frase contradiciendo el titular y la termines reafirmándolo.