Las últimas armas en la lucha contra la adicción a los opiáceos pueden ser sensores en opiáceos recetados que alertan a los médicos cada vez que sus pacientes toman una píldora. Estas píldoras digitales aún no están en el mercado, pero una pequeña prueba muestra que pueden ayudar a los médicos a controlar cómo los pacientes usan analgésicos recetados en casa.