Hace 7 años | Por Ripio a news.mit.edu
Publicado hace 7 años por Ripio a news.mit.edu

Utilizando imágenes de alta resolución, los investigadores del Departamento de Ingeniería Mecánica del MIT observaron el efecto de las gotas de lluvia que caían sobre el suelo seco cargado de bacterias. Al caer a velocidades que imitan a las de una lluvia ligera, a temperaturas similares a las de las regiones tropicales, las gotas liberaron un rocío de niebla, o aerosoles. Cada aerosol transportó hasta varios miles de bacterias del suelo. Los investigadores encontraron que la bacteria permaneció viva más de una hora después.