La situación de la mujer en la investigación matemática ha avanzado en los últimos años pero todavía persisten problemas de fondo que frenan sus posibilidades reales de progresar. A los barreras para conciliar la vida profesional y académica se añade una tendencia a que a las mujeres se les exija más, obtengan un menor reconocimiento y sean víctimas de estereotipos y sesgos.