Mi primera línea no fue "Hello World"

Cuando veo a youtubers decir que la línea más común al empezar un programa en BASIC era 10 PRINT "Hello World", me hace sonreír. Entiendo de dónde viene esa idea —es el ejemplo clásico de los manuales —, pero quienes vivimos la informática doméstica de los 80 sabemos que esa no fue nuestra realidad.

Yo empecé a programar en 1986, con 7 u 8 años. Mi padre me “regaló” un Amstrad CPC 6128. Venía con su monitor a color y unos disquetes de AMSOFT que traían juegos como parte del paquete. También tenía un adaptador para conectar el monitor al televisor. Recuerdo que me parecía increíble que un ordenador tan limitado en colores (incluso en el poderoso Mode 0) pudiera, sin embargo, mostrar una señal de televisión a todo color. No lo entendía entonces, pero me fascinaba.

Mi padre me decía que dejase de jugar y que hiciera algo útil con el ordenador. Yo me negaba. Prefería los juegos. Hasta que un día me dio por perdido, y fue entonces cuando me acerqué al verdadero tesoro: el manual del usuario del Amstrad CPC 6128.

Aquel libro fue mi grial. Me lo leía y releía. Especialmente el glosario de instrucciones BASIC, y la parte de los SYMBOL para redefinir caracteres ASCII. Pasaba horas con una libreta de cuadros, diseñando gráficos en 8x8 para dar vida a mis propios caracteres.

Pero antes de todo eso, lo primero que escribí fue:

10 CLS


No era un Hello World. Era una declaración de intenciones. Quería empezar con la pantalla limpia, lista para algo mío.

Poco después hice mi primer programa "serio": un pequeño diario de mis cosas. Usaba BORDER, INK, LOCATE, PRINT... Lo decoraba con colores, modificaba el texto, lo hacía mío. No sé si era útil, pero era profundamente personal. Y lo mejor: funcionaba.

Hoy soy programador, y sé que mi historia empezó ahí. No con un "Hello World", sino con una pantalla azul, una línea 10 CLS, y la sensación mágica de que el ordenador hacía lo que yo le decía.

Curiosamente, no vi la famosa frase Hello World hasta 1996, cuando descubrí un libro de C en una biblioteca de mi ciudad (Vigo). El libro, de 1985 si no recuerdo mal, usaba ese ejemplo para ilustrar el primer programa en C. Pero para mí, para mi generación, el despertar informático tuvo otras palabras, otros símbolos, y sobre todo, otros colores.

Un abrazo a todos los programadores vocacionales que esto os suene familiar :)