Gran parte de la afición italiana desplazada a Debrecen (Hungría), sede en la que se disputó el encuentro ante Israel clasificatorio al Mundial 2026, dio la espalda al campo cuando sonó el himno israelí justo antes del comienzo del partido. Mientras sonó el Hatikva, el himno nacional de Israel, la mayoría del sector italiano se dio la vuelta como condena al conflicto bélico abierto con Palestina. El Estadio Nagyerdei, con capacidad para unas 20 mil personas, no estuvo ni remotamente lleno, con un aforo cercano a las 2 mil localidades.