El
#MeToo que estalló en el PSOE por toda España, impulsado por la enorme irritación interna que generó la mala gestión de las acusaciones por acoso sexual contra Francisco Salazar –alto cargo en la Moncloa y Ferraz hasta el pasado julio–, es una auténtica bomba de racimo. Y no solo afecta al nuevo equipo que tomó el mando de Ferraz ese mismo julio –tras el ingreso en prisión del hasta entonces secretario de organización, Santos Cerdán–, sino a otras federaciones, como la andaluza de María Jesús Montero, la aragonesa de Pilar Alegría...
Lo raro es que no tenga negativos
Si es que tienes que reírte