Tengo al menos un par de amigos que deberían leer (puesto que están interesados en un Trabant) el siguiente relato que me han enviado por mail hace unos días. Se trata de un chico español que se va por motivos de trabajo a Berlín, y decide emprender la vuelta a nuestro país a bordo de un flamante Trabant 601, coche al que en Diariomotor tenemos un especial cariño. El texto es largo pero merece la pena, hace que te sientas cómplice de la ilusión y problemas que puede llegar a ocasionar un Trabi. De todas formas, ni se os ocurra comprar uno teniendo pocas dotes para la mecánica. Por cierto, si alguno de vosotros conoce a este héroe, nos gustaría poder charlar amigablemente con el acerca de su experiencia.