Los sectarios odian profundamente que las personas se comuniquen, se acerquen unas a otras o se atrevan a relacionarse con desconocidos. Si esas relaciones pueden generar lazos al margen de la secta, la oposición es máxima.
El amor y el matrimonio son un problema terrible para todas las sectas. Unas lo combaten con la castidad y otras con la promiscuidad, para evitar que se formen relaciones estables.
La casa eterna. Yuri Slezkine
Comentarios
#0 Lo de la castidad se entiende porque funciona directamente. Lo de la promiscuidad es, para la secta, jugársela un poco, ya que es dejar en manos de terceras personas la prohibición de esos vínculos.
Las personas que hacen de parejas temporales evitan que se formen relaciones estables con otras personas, pero no tendría por qué ser así obligatoriamente y, de hecho, no lo es en todos los casos. Hay casos de relaciones estables en la promiscuidad. Cuando eso no sucede (supongo que en la mayoría de los casos) es cuando nos damos cuenta que la pareja o la familia nuclear actúa también como una secta que "odia profundamente que las personas se comuniquen, se acerquen unas a otras o se atrevan a relacionarse con" personas ajenas a la familia o a la pareja.
Lo que se considera socialmente como "celos legítimos" es justamente eso.
Ojalá me hubiera tocado una de las segundas...
Había leído "El amor y la setas"... hoy ya estoy emborrachado de letras...
Ya se sabe: "en tiempo de guerra, todo agujero es trinchera"